¿Qué habría pasado si Javier Milei no hubiera recibido ayuda externa para sostener su plan económico? Esa es la pregunta que quedó flotando después de que Martín Llaryora pusiera el foco en la fragilidad del proyecto libertario. Según el gobernador cordobés, sin el salvataje de Trump, el modelo de Milei ya habría sufrido un cimbronazo antes de las elecciones.
En declaraciones al programa Cómo La Ven, Llaryora fue claro: el superávit que muestra Milei es “ilusorio” y no refleja un camino sustentable. Por el contrario, el proyecto de Provincias Unidas propone un modelo donde la macroeconomía está controlada, con superávit real y un sendero productivo más sólido.
Durante la última semana de campaña, Llaryora dio indicaciones precisas: por un lado, cuestionar la viabilidad del modelo libertario y, por otro, movilizar el “voto útil” para frenar a Milei en Córdoba. Según el gobernador, cualquier voto que no vaya a Juan Schiaretti termina beneficiando modelos que ya mostraron fracaso, ya sea el kirchnerismo o la propuesta libertaria.
El mensaje buscaba mostrar que la marca La Libertad Avanza tiene fuerza, pero no es suficiente frente a un candidato con estructura como Schiaretti. Al mismo tiempo, Llaryora resaltó que el desconocido Gonzalo Roca puede ser competitivo en ciertos sectores, pero que el núcleo duro del Presidente mantiene su estabilidad, dejando pocas chances de sorpresa en la elección.
El objetivo detrás de la estrategia de Llaryora es claro: consolidar el voto útil y evitar que el modelo libertario gane terreno en Córdoba, mostrando a los votantes que la alternativa de Provincias Unidas combina superávit real y desarrollo productivo, a diferencia del modelo de Milei, que depende de factores externos como el salvataje de Trump.
Con esta jugada, los candidatos de Provincias Unidas apuntan a captar votantes de la hija del fallecido exgobernador De la Sota, cuya segunda opción natural es Schiaretti. La campaña se centra en mostrar que un cambio de modelo económico es más importante que un simple cambio de gobierno, destacando la necesidad de estabilidad y planificación frente a planes que podrían colapsar sin apoyo internacional.
Así, la última semana de campaña se convirtió en un pulso entre modelos económicos: uno dependiente de un salvataje, otro con control macroeconómico y superávit genuino. La pregunta que queda es cómo reaccionarán los votantes ante estas diferencias y si el “voto útil” logrará inclinar la balanza en Córdoba.