miércoles 05 de noviembre de 2025 - Edición Nº4885

Nacionales | 4 nov 2025

Pullaro busca explicaciones tras la dura derrota en Santa Fe

¿Qué pasó en Santa Fe para que uno de los gobernadores más fuertes del país termine tercero? Esa es la pregunta que todavía resuena en los pasillos políticos...


¿Qué pasó en Santa Fe para que uno de los gobernadores más fuertes del país termine tercero? Esa es la pregunta que todavía resuena en los pasillos políticos y que dejó al descubierto una grieta dentro de la propia coalición oficialista.

La derrota de Maximiliano Pullaro cayó como un baldazo en Unidos para Cambiar Santa Fe, la alianza que reúne a socialistas, radicales y referentes del PRO. La lista encabezada por Gisela Scaglia quedó muy lejos: los libertarios la superaron por más de 22 puntos y el peronismo la aventajó por más de 10. Así, el gobernador quedó en un incómodo tercer lugar, aunque logró asegurar dos bancas nacionales.

El golpe sorprendió. En la previa, el oficialismo estaba convencido de que el fuerte apoyo del interior alcanzaría para compensar los flojos resultados esperados en Rosario y Santa Fe capital. Hablaban de un escenario parejo, casi de triple empate. Pero el domingo, los números contaron otra historia.

El interior, que siempre fue el bastión de Pullaro, no respondió como se esperaba. En 2023 había arrasado, ganando 14 de los 19 senadores departamentales y controlando la mayoría de las comunas radicales. Esta vez, ese poder territorial no se tradujo en votos. Varios dirigentes reconocen en voz baja que muchos intendentes radicales y aliados “no se jugaron” en la elección nacional.

En el entorno del gobernador evitaron apuntar directamente, pero reconocieron que la campaña no logró romper la polarización entre el kirchnerismo y La Libertad Avanza. “Los santafesinos dejaron en claro que el kirchnerismo ya no es opción”, dijo Pullaro al conocerse los resultados, intentando mostrar optimismo en medio de la caída.

Sin embargo, dentro del PRO y del radicalismo hubo reproches cruzados. Algunos aliados criticaron que los intendentes y senadores del interior casi no participaron de la campaña y que sectores del socialismo recién aparecieron sobre el final con mensajes tibios en redes. Otros, más desconfiados, sospechan que el propio Pullaro habría bajado el tono en la última semana para no dividir el voto opositor con los libertarios. Desde su entorno lo niegan: “Se jugaba mucho, su proyección nacional dependía de esta elección”, repiten.

El resultado abre un nuevo frente de conflicto. Dirigentes cercanos al mandatario admiten que deberá “recomponer el diálogo” con los empleados públicos y los docentes, sectores con los que mantiene una relación tensa desde hace meses. La escena más recordada de la campaña fue cuando una maestra le preguntó por salarios y Pullaro respondió con fastidio: “¿Me lo decís como periodista o como docente?”.

Hoy, el gobernador enfrenta un desafío doble: recuperar el respaldo del interior que lo llevó al poder y volver a entusiasmar a los suyos antes de que el malestar interno termine desgastando a su propia gestión.

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