Algo se mueve en el PJ bonaerense, y no es menor. En diciembre vence el mandato de Máximo Kirchner al frente del partido, y desde el propio oficialismo ya suenan voces que piden un recambio. Uno de los que rompió el silencio fue Andrés Larroque, ministro de Desarrollo de la Comunidad, que no dudó en dejar un mensaje directo: “Salvamos las papas”. ¿A quién se lo dijo? A muchos les quedó claro que fue un tiro por elevación para Cristina.
El loop queda abierto: ¿quién se queda con el control del PJ más poderoso del país?

En una entrevista con Radio La Red, Andrés Larroque recordó que el mandato de Máximo Kirchner vence el 17 de diciembre y anticipó que se viene un debate interno fuerte. “Necesitamos un PJ bonaerense dinámico, comprometido con el gobierno de la Provincia y con la defensa de los 17 millones de bonaerenses frente a los ataques del gobierno nacional”, remarcó.
La frase que más resonó fue otra: “Salvamos las papas”, en alusión a cómo el oficialismo logró retener la provincia en medio de un clima electoral complicado. Para muchos, fue un pase de factura a Cristina y a la conducción nacional del kirchnerismo.
Desde que asumió en 2021, Máximo Kirchner lidera el PJ provincial, pero su gestión quedó bajo la lupa. Larroque, uno de los hombres más cercanos a Axel Kicillof, ya avisó que quiere un cambio. Aunque aclaró que el debate partidario vendrá después del tratamiento del presupuesto y la deuda provincial, el mensaje fue claro: el PJ debe estar alineado con la gestión de Kicillof, no con disputas internas.
Detrás del planteo de Larroque hay una idea de fondo: consolidar a Axel Kicillof como nuevo eje del peronismo bonaerense. El llamado a un PJ “más dinámico” busca correr del centro a La Cámpora y abrir el juego a intendentes y dirigentes con mayor anclaje territorial.
En los pasillos del peronismo ya se siente el movimiento: la renovación podría dejar atrás la vieja estructura y poner a la gestión provincial como brújula política.
El 17 de diciembre vence el mandato de Máximo Kirchner y se abrirá la pulseada formal por la conducción. Para Larroque y los sectores que lo acompañan, será la oportunidad de marcar un quiebre: o el PJ bonaerense se adapta a la etapa que encabeza Kicillof, o queda encerrado en la lógica de la resistencia kirchnerista.
La interna ya está en marcha. Y el mensaje de Larroque fue apenas el primer aviso de que, esta vez, el peronismo bonaerense podría reinventarse desde adentro.