¿Qué pasa cuando una fiscal que denunció corrupción termina siendo acusada de mentir? Esa es la historia de María Belén Casal Gatto, la fiscal suspendida que hace meses decía estar pagando el precio por haber apuntado a una supuesta red política y policial que protegía al narcotráfico en La Matanza. Ahora, la Justicia Federal de Morón acaba de darle la razón.

El Juzgado Federal N°1 de Morón resolvió el sobreseimiento total de Casal Gatto en la causa por presunto falso testimonio. El fallo, firmado por el juez de turno, sostiene que “no constituye delito alguno” y que el proceso “no afecta el buen nombre ni honor del que hubiere gozado”. La decisión fue notificada el 4 de noviembre al secretario del juzgado, Sergio Adrián Battista, bajo la causa FSM 31346/2025.

Un proceso que nunca debió existir

La ex titular de la UFI N°2 de Gregorio de Laferrere había sido acusada de mentir cuando declaró, en mayo, que altos funcionarios judiciales y policiales armaron una causa para vincularla con el narcotráfico. En su denuncia mencionó nombres pesados: el entonces ministro de Seguridad bonaerense Sergio Berni, el jefe de la Policía Daniel García, la fiscal general Patricia Ochoa y el fiscal federal Sebastián Basso, entre otros.

El juez entendió que el testimonio de Casal Gatto fue parte de su derecho de defensa, ya que declaraba dentro de una causa en la que ella misma estaba siendo investigada. Y recordó algo básico de la Constitución: nadie está obligado a declarar contra sí mismo. Con esa base legal, aplicó el artículo 336 inciso 3 del Código Procesal Penal de la Nación y dispuso el cierre definitivo del caso.

La historia detrás del fallo

Casal Gatto fue una de las fiscales más expuestas del Ministerio Público bonaerense. En 2024 había sido procesada por presunto encubrimiento al narco Nicolás Nahuel Guimil, alias “Chaki Chan”, decisión que la Cámara Federal de San Martín confirmó. Pero desde entonces ella sostuvo que todo era un armado político y judicial para callarla.

“Querían silenciarme. Me inventaron causas porque denuncié a quienes debían investigar la corrupción”, expresó su entorno tras conocer el fallo.

Qué deja este caso

El sobreseimiento marca un antes y un después: la Justicia desmontó una de las principales causas usadas para criminalizar a Casal Gatto, que sigue apuntando al fiscal Sebastián Basso como el operador judicial que habría actuado con aval de funcionarios del Ministerio de Seguridad bonaerense.

Más allá del cierre judicial, el caso vuelve a poner bajo la lupa las relaciones entre fiscales, jueces y policías en uno de los distritos más calientes del conurbano. Y deja una pregunta flotando: ¿qué pasa con quienes se animan a denunciar lo que otros prefieren callar?