Hay una pregunta que todavía nadie responde del todo y que define el clima político de la región. Una respuesta que, si se confirma en los próximos días, puede cambiar el cierre del año para el bloque. Y sí, tiene que ver con la presencia —o no— de Javier Milei en la Cumbre de jefes de Estados del Mercosur. Pero antes de adelantarte esa respuesta, necesitás entender por qué esta cumbre es tan clave. Vamos paso por paso.
El 20 de diciembre, en Foz de Iguazú, Brasil, el bloque podría anunciar algo que lleva más de dos décadas de negociación: el acuerdo comercial Mercosur-UE. El presidente brasileño Lula da Silva, que hoy lidera el Mercosur, busca cerrar definitivamente ese tratado frente a todos los mandatarios del bloque.

Ese acuerdo, si se firma, promete abrir más puertas comerciales y mejorar condiciones de exportación para la región. Y por eso la presencia de los jefes de Estado es central. La foto final importa, y mucho.
Según trascendió, el Presidente avisará recién cerca de la fecha si viaja o no a Brasil. La duda crece porque ya decidió bajarse de otro evento importante: el G20 en Sudáfrica. En su lugar, mandará al canciller Pablo Quirno, recién asumido.
La relación Milei–Lula nunca pasó del saludo protocolar en pasillos de cumbres internacionales. No se juntaron a solas una sola vez desde que ambos gobiernan. Eso hace que la expectativa por su presencia en la cumbre sea todavía más espinosa.
Para Lula da Silva, esta cumbre es la oportunidad de mostrar liderazgo regional y cerrar un acuerdo histórico. Para Javier Milei, en cambio, la prioridad de política exterior está inclinada hacia Estados Unidos e Israel. Ese giro se notó en la poca presencia argentina en foros multilaterales, como la COP30 o la propia dinámica del Mercosur.
En ese contexto, Quirno viajó a Washington para reforzar los vínculos estratégicos con Estados Unidos. Incluso circula la versión de que Donald Trump podría anunciar avances comerciales bilaterales durante estos días.
Mientras tanto, el tratado Mercosur-UE parece encaminado. La Comisión Europea ya lo adoptó en septiembre, y solo falta que los 27 países del bloque europeo lo aprueben.
Ahí aparecen opositores como Irlanda, Polonia y, sobre todo, Francia. La ministra francesa de Agricultura dijo que el acuerdo sería una “condena” para sus productores. Aun así, funcionarios de Brasil y Argentina coinciden: esta vez, Francia no tendría fuerza para frenarlo.
La ausencia del presidente argentino podría afectar la foto final del anuncio. Diplomáticos brasileños lo dicen sin vueltas: “Si nuestro socio más grande no quiere venir, no va a ser una buena noticia”.
Aun así, creen que tanto Milei como el paraguayo Santiago Peña tienen incentivos para asistir.
Mientras tanto, Argentina y Brasil retoman contactos políticos tras cambios en cancillería. Y el Gobierno espera el plácet para que Fernando Iglesias sea embajador ante la Unión Europea.