Algo fuerte empezó a circular en los pasillos políticos y, aunque nadie lo dice en voz alta, todos saben que se viene un movimiento grande. Lo que pasó en las Legislativas dejó al cordobesismo recalculando. Pero hay una pregunta que todavía nadie responde del todo y que vos seguramente te estás haciendo: ¿quiénes siguen y quiénes pueden quedar afuera en los cambios del gabinete de Córdoba? Esa es la incógnita que vamos a destrabar en esta nota.
El encuentro entre el gobernador Martín Llaryora y el ministro del Interior, Diego Santilli, reactivó las especulaciones. La derrota por más de 14 puntos frente a la lista libertaria dejó un mensaje claro: el Gobierno provincial necesita mover fichas. Todos lo saben, pero nadie se anima a anticipar quiénes son los señalados.

Algunos funcionarios creen que antes habrá una charla clave entre Llaryora y el exgobernador Juan Schiaretti, que vuelve de su gira por España para asumir como diputado. Otros sostienen que el actual mandatario hará el recorte político por su cuenta, con control total de la lapicera.
La primera señal ya llegó: la incorporación del legislador cristinista Federico Alesandri al cordobesismo. La foto, gestionada por el ministro de Gobierno Manuel Calvo, no cayó bien en todos los despachos de la Legislatura. Hay incomodidad en sectores del oficialismo que cuestionan la estrategia y la falta de resultados en la relación con intendentes.
En ese fuego interno, algunos ven a Calvo con destino de retorno a la Unicameral. Se mencionan dos posibles roles: conducción del bloque, reemplazando a Miguel Siciliano, o la presidencia provisoria, hoy en manos de Facundo Torres. Otros anotan a Ignacio García Aresca, cercano a Llaryora, aunque su desembarco también genera dudas dentro del gabinete.
Los ministerios en observación son dos: Salud y Producción. En Salud, la gestión de Ricardo Pieckenstainer generó tensión con los gremios tras el cambio del Día del Empleado Público. En Producción, el ex PRO Pedro Dellarossa está siempre en la mira, además de tener elecciones locales en 2026.
Mientras tanto, en la Municipalidad también hay ruido. Se mencionaron nombres como Siciliano y Juan Pablo Quinteros, pero desde sus entornos los descartan. Un funcionario del riñón de Passerini lo resumió así: “El que entre tiene que llegar con todo. No es para cualquiera”.
El espacio de Alejandra Vigo también quiere más peso en la ciudad. El nombre de Héctor “Pichi” Campana volvió a sonar para Deportes, y esa negociación podría abrir la puerta al regreso de figuras como Victoria Flores o Marcelo Rodio.
En este escenario, el llaryorismo busca reordenar su GPS político después del golpe electoral. Todas las conversaciones vuelven al mismo punto: llegar con fuerza a la reelección provincial 2027. Y los movimientos que se vienen —aunque todavía nadie los diga— serán clave para ese objetivo.