Hay algo que el Gobierno viene preparando en silencio y que esta semana podría dejar a más de uno descolocado. Todavía no está claro cómo va a terminar —y ahí está la intriga—, pero en la Casa Rosada aseguran que se vienen días clave para convertir promesas en decisiones concretas. ¿De qué se trata? De la hoja de ruta que definirá si las reformas avanzan o si quedan atrapadas en la rosca.
Para eso, el Gobierno puso en primera línea al vocero y jefe de Gabinete, Manuel Adorni, y al ministro Diego Santilli. Ambos siguen hoy con reuniones con gobernadores para cerrar apoyos y terminar de armar la arquitectura política que Milei necesita para llegar al Congreso con fuerza.

En la agenda están los temas más pesados: Presupuesto, cambios impositivos, modernización laboral y un endurecimiento del Código Penal. Pero eso no es todo. Para tentar a los gobernadores que todavía dudan, el Gobierno sumó un combo más amplio: modificaciones a la Ley de Glaciares para habilitar proyectos mineros en las provincias, avales para créditos internacionales, obras de infraestructura y cancelación de deudas previsionales. Todo eso se negocia mesa por mesa.
La apuesta oficial es armar una “coalición de las reformas”. Pero, mientras seduce a los gobernadores, el Gobierno también avanza sobre el PJ, intentando fracturar sus bloques en Diputados y el Senado. Acá entran en juego figuras como Martín Menem y Patricia Bullrich, que vienen presionando para restarle bancas a Unión por la Patria, hoy rebautizado como Fuerza Patria.
Si el Gobierno logra quitarle al peronismo la primera minoría, podría manejar comisiones claves y hasta la conducción política de las Cámaras. Según trascendió, en una charla entre Villarruel y Bullrich surgió un dato fuerte: habría “44 senadores dispuestos a apoyar las reformas”. Eso, de confirmarse, dejaría al peronismo en una debilidad inédita.
Además, en el Senado hay otra definición en puerta: quién ocupará la Presidencia Provisional. La Rosada quiere a Nadia Márquez, pero necesita el OK del radicalismo y de los gobernadores con los que negocia reformas. No está cerrado.
Uno de los jugadores más silenciosos —y más buscados— es Gerardo Zamora. Tiene 3 senadores y 7 diputados propios. No dijo aún a qué bloque se sumará y tanto el Gobierno como el kirchnerismo esperan su definición. Su foto reciente con Leandro Santoro levantó temperatura, pero también estuvo en la reunión con Milei después de las elecciones. Juega a dos puntas.
Karina Milei, Santiago Caputo y el equipo político están coordinando los últimos movimientos. En paralelo, Martín Menem afirma que “la confianza con los gobernadores está” y que el mensaje de las urnas apunta a menos impuestos, más desregulación y más peso del sector privado.