Algo que está pasando ahora mismo en la Cámara Alta podría cambiar el mapa político y todavía nadie sabe cómo va a terminar. Y lo más fuerte es que todo depende de una definición que se va a discutir esta semana. Lo que se decida ahí puede dejar afuera a una legisladora electa y abrirle la puerta a otro dirigente. ¿Qué está en juego exactamente? Acá te lo explico fácil.
La situación de Lorena Villaverde quedó en pausa después de que el Partido Justicialista de Río Negro presentara una impugnación a su diploma. Ese trámite se tratará este miércoles en la Comisión de Asuntos Constitucionales, y de ese dictamen puede salir la primera decisión clave sobre su futuro legislativo.

El temario de la comisión se amplió oficialmente para incluir el expediente de Villaverde, así que todos los senadores ya fueron notificados. Pero para que la impugnación avance, el peronismo necesita juntar al menos 10 firmas entre los 19 integrantes. Hasta ahora, ya cuentan con un apoyo importante: el del radical Pablo Blanco, uno de los primeros en manifestarse en contra del arribo de la legisladora libertaria.
Detrás de esta disputa hay un cruce político fuerte. Por un lado, el Gobierno intenta ordenar la transición parlamentaria. Por otro, la oposición busca marcar posición en un momento clave.
Lorena Villaverde, que salió segunda en la elección para el Senado por Río Negro, enfrenta cuestionamientos por sus antecedentes penales y por su vínculo con Fred Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por narcolavado. El punto más complicado es el certificado de antecedentes, requisito obligatorio para validar los pliegos.
Dentro de la Comisión de Asuntos Constitucionales, el peronismo tiene 8 representantes y trabaja para sumar voluntades entre radicales y legisladores provinciales. La meta es conseguir entre 10 y 11 firmas para garantizar un dictamen de mayoría. Según fuentes del interbloque Unión por la Patria, ya empezaron a cerrar apoyos. Un senador radical adelantó: “Seguramente voy a rechazar. Después será el recinto el que defina”.
Si la comisión aprueba un dictamen negativo, la última palabra la tendrá la sesión preparatoria del 28 de noviembre. Ese día se votan todos los pliegos de los electos. Para rechazar la asunción de Villaverde se necesitan 37 votos.
El peronismo tiene 33. Si se suman quienes ya anunciaron posición, podrían llegar a 35 o 36. Con ese número empieza a asomarse un escenario concreto: que Villaverde no asuma y la banca quede para Enzo Fullone, segundo en la lista de La Libertad Avanza.
A pesar de todo, cerca de Lorena Villaverde aseguran que su llegada al Senado sigue firme. Incluso participó de reuniones encabezadas por Patricia Bullrich junto al bloque libertario, y la ministra de Seguridad está al tanto de la situación.