Si hoy te preguntás qué va a hacer la CGT frente a la reforma laboral, hay un detalle de una reunión a puertas cerradas que pocos cuentan… y que puede cambiar todo el verano político. Esa reunión dejó frases fuertes, promesas de pelea y un movimiento inesperado que todavía no terminó de explotar. Acá te lo cuento simple, directo y sin vueltas.
El Consejo Directivo de la CGT tuvo un encuentro caliente para definir cómo responder al proyecto de reforma laboral que el Gobierno quiere meter en las sesiones extraordinarias. Y lo que salió de esa mesa fue un plan de lucha que marca un quiebre con la actitud más contemplativa que la central había tenido durante el primer tramo del gobierno de Milei.

La reunión fue encabezada por el nuevo triunvirato cegetista: Jorge Sola, Cristian Jerónimo y Octavio Argüello, junto a un grupo de diputados peronistas que cayó a la sede histórica de Azopardo buscando alinear posiciones. Entre ellos: Sergio Palazzo, Mario Manrique, Vanesa Siley, Hugo Yasky y el joven Hugo Moyano.
Ahí se dio uno de los momentos más picantes. Cristian Jerónimo, que viene creciendo fuerte en la interna sindical, clavó una frase que dejó muda a la mesa: “Vamos a morir con las botas puestas. Vienen por nosotros porque somos el último bastión del peronismo”. Y no fue el único en subir el tono. Dirigentes de la vieja guardia, como José Luis Lingeri de Obras Sanitarias, acompañaron la línea dura y la compararon con ataques que —según ellos— no se veían desde tiempos de la dictadura.
Un referente histórico que participó del encuentro contó que ese es hoy “el clima real dentro de la CGT”. Y agregó un dato que busca despejar sospechas políticas: “Ahora van a decir que Cristina mandó a los diputados, pero nosotros ya teníamos nuestra propia agenda. La pusimos en marcha desde el primer día del gobierno”.
En ese marco, recordaron que la central obrera convocó al paro del 24 de enero de 2024, un hecho que algunos actores políticos parecen olvidar. Y remarcaron algo clave: ni siquiera vieron el borrador de la reforma laboral. Según ellos, no saben quién la redacta ni qué propone, pero aseguraron que, si el proyecto no incorpora la mirada de la CGT, la reacción será inmediata: salir a la calle.
Más allá de las diferencias internas del peronismo, el dato fuerte es que este martes la conducción cegetista decidió “salir a dar pelea”. Por eso empezará una ronda de reuniones con presidentes de bloque y con gobernadores. Primero apuntarán a la bancada de Miguel Pichetto y al espacio Provincias Unidas, pero la movida será amplia y sostenida.
El Gobierno también está recorriendo despachos, especialmente a través del ministro del Interior, Diego Santilli. Y ahí aparece otro giro curioso: Santilli viene del peronismo y supo construir una alianza sólida con Hugo Moyano cuando trabajó con Macri en la Ciudad. Hoy están en veredas enfrentadas.
El verano político recién arranca. Y la pelea por la reforma laboral promete ser uno de los capítulos más tensos del año.