Algo está empezando a moverse en el Concejo Deliberante de Rosario, y los dirigentes ya saben que ese reacomodo puede definir quién va a marcar la agenda política en los próximos años. Pero para entender por qué el mapa se está reacomodando, primero hay que mirar el golpe que nadie esperaba en la última elección.
La votación a diputados nacionales cortó la buena racha de Ciudad Futura, que venía creciendo elección tras elección. Contra lo que anticiparon casi todas las encuestadoras, La Libertad Avanza arrasó y dejó a la lista de Caren Tepp doce puntos atrás. Ese resultado encendió alarmas en todo el peronismo rosarino y abrió una discusión clave: ¿sigue firme Ciudad Futura como alternativa de poder?

En ese escenario, Juan Monteverde, su principal figura, intenta posicionarse como el jefe de la oposición. Algunos dirigentes lo comparan incluso con el “Mamdani rosarino”, en referencia al primer alcalde socialista de Nueva York. Pero desde el peronismo avisan que la construcción no será tan sencilla.
Las tensiones empezaron en el armado de la lista a diputados nacionales. Ciudad Futura cerró, sobre la hora, un acuerdo con el sector de Agustín Rossi y con el massismo, dejando afuera al Movimiento Evita, que había sido clave dos años antes para abrir el vínculo con el PJ. El costo de esa jugada se empieza a ver ahora.
A partir de diciembre, el Evita tendrá tres concejales y Ciudad Futura cuatro. A ese espacio filo-peronista se suman Norma López (Comunidad), Fernanda Gigliani (Iniciativa Popular) y María Fernanda Rey (perottismo). Con tantos espacios distintos, la idea de un bloque único no convence: en el PJ creen que todo terminará en un interbloque. “Es difícil pensar un bloque si hay partidos tan distintos”, admitió una fuente peronista.
La discusión que viene es quién presidirá ese interbloque. Y ahí aparece otra duda: ¿tiene Monteverde los votos para mostrar que lidera la oposición? Desde el Evita creen que no.
La concejala Norma López plantea que la prioridad es armar consensos amplios frente al modelo de Javier Milei y sus aliados locales. Mientras tanto, el peronismo sigue de cerca los movimientos de Leo Caruana, ex secretario de Salud de Pablo Javkin, que hoy está en un monobloque aliado a Carlos del Frade. Si Caruana se suma al interbloque peronista, quedarán empatados en once bancas con el oficialismo, más los seis libertarios que completan el Concejo.
Caruana reconoce conversaciones pero dice que “no hay nada cerrado”. Marca que ya ha votado proyectos junto al PJ, pero evita confirmar un acuerdo inmediato.
El resultado electoral también dejó un mensaje fuerte: los más de 400 mil votos de Tepp frente a los 680 mil libertarios preocuparon a la dirigencia justicialista. En un plenario encabezado por Marcelo Lewandowski, casi todas las líneas internas coincidieron en que el peronismo debe llegar a 2027 con candidatos propios y un plan claro.
“Hay que reconstruir desde ahora. La sociedad necesita ver que el peronismo tiene una salida posible”, sostuvo el senador. Y en ese tablero que se vuelve a dibujar, cada banca en el Concejo empieza a valer el doble.
