Algo que pasó en silencio dentro del Instituto de Cardiología dejó a muchos con la misma pregunta: ¿cómo fue exactamente la operación a Juan Schiaretti y qué significa para su recuperación? En las próximas líneas vas a encontrar la explicación simple, directa y sin vueltas. Pero antes, hay un detalle clave que todavía no se contó del todo…
El exgobernador cordobés Juan Schiaretti, de 76 años, fue sometido a una operación cardíaca programada. El procedimiento se realizó en el Instituto de Cardiología, donde los equipos médicos confirmaron que todo salió según lo previsto y que su evolución es favorable.

La intervención fue un TAVI, es decir, un Implante Valvular Aórtico Transcatéter. Es una técnica mínimamente invasiva que se usa para reemplazar una válvula aórtica que ya no funciona bien. En vez de abrir el pecho, se ingresa por una arteria y se coloca una nueva válvula desde adentro. Para un paciente grande, esto reduce riesgos y acelera la recuperación.
Su cardiólogo de confianza, Hugo Londero, explicó que primero le hicieron un cateterismo para revisar cómo estaban sus arterias coronarias, que ya habían sido tratadas hace cinco años. Recién después de ese chequeo se habilitó la operación principal.
La válvula aórtica es la encargada de dejar salir la sangre del corazón hacia el resto del cuerpo. Se abre y se cierra unas 70 veces por minuto, todos los días, toda la vida. Con el paso del tiempo puede endurecerse y generar estenosis, que es cuando se vuelve demasiado rígida y dificulta la circulación.
Eso fue, justamente, lo que afectó a Juan Schiaretti. Por eso se decidió avanzar con el reemplazo de la válvula.
Después de la cirugía, el exmandatario quedó estable, controlado y con una evolución que los médicos consideran “buena”. Igual deberá quedarse varios días internado en observación, como indica el protocolo para este tipo de intervenciones.
Según el equipo que lo atiende, si todo continúa como hasta ahora, no tendrá inconvenientes para viajar a la ciudad de Buenos Aires y asumir su banca en la Cámara de Diputados el 10 de diciembre.
La gran duda que quedó abierta —y que se irá resolviendo en las próximas horas— es cómo responde su organismo en los días posteriores. Las primeras 48 a 72 horas suelen ser las más sensibles después de un TAVI. Hasta ahora, todo avanza sin sobresaltos, pero los especialistas prefieren mantener un monitoreo estricto para asegurar que la nueva válvula funcione perfectamente.
En resumen: la operación fue exitosa, la recuperación viene bien y los médicos se muestran optimistas. Lo que resta es esperar que su evolución siga estable para que pueda retomar sin problemas su actividad política.