Hay una idea que sobrevoló el acto y que todavía nadie terminó de cerrar. Una frase que dejó picando Máximo Kirchner y que abre una discusión interna en el peronismo mientras suma nuevas críticas al Gobierno. Para entender por qué sus palabras siguen dando vueltas, hace falta repasar qué dijo, a quién se lo dijo… y qué mensaje escondió entre líneas.
El diputado volvió a mostrarse públicamente en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, durante el Encuentro Federal de Derechos Humanos. Ahí aprovechó para marcarle la cancha al propio espacio y, al mismo tiempo, cuestionar con fuerza la compra de los aviones F-16.

Desde el arranque, Kirchner apuntó al debate interno. Planteó que el peronismo puede “diseñar una propuesta que vuelva a generar esperanza”, pero remarcó que esa construcción no tiene que perder identidad. Según él, si el espacio se despersonaliza, se debilita.
En medio de ese mensaje, volvió a pedir la libertad de Cristina Fernández de Kirchner. Dijo que su situación judicial responde a un esquema de “disciplinamiento político y económico”. Recordó causas como Lago Escondido, los audios filtrados y los cuadernos, y aseguró que los sectores que impulsaron esos expedientes “se garantizan a sí mismos la impunidad”.
A eso le sumó un punto clave: destacó el peso político de Cristina. Según él, más allá de los números electorales, su figura siempre “llama al debate y a la participación”. Incluso la comparó con escenas de Corazón valiente, sugiriendo que el oficialismo la mantiene condicionada para evitar riesgos en las urnas.
Luego, Kirchner pasó a la crítica más dura del día: la presentación de los seis aviones F-16 comprados a Dinamarca. Cuestionó que “los dólares que nos prestan” no se usen para vivienda, créditos Procrear o para mejorar la competitividad de sectores productivos, y que en cambio vayan a aviones “que seguramente ya les sobran” a otros países.
También recordó que durante el gobierno de Juan Domingo Perón el país fabricaba sus propios aviones de reacción. Y dejó una frase que buscó bajar a tierra la discusión económica: “Los modelos económicos modelan sociedades”.
Antes de cerrar, aclaró que no considera “tontos” a los sectores de derecha. Al contrario, afirmó que “saben lo que hacen” y que históricamente “planificaron, persiguieron, endeudaron y abusaron del poder”. Según él, ese sector es consciente de que lo único que no puede perder es justamente eso: el poder.
Lo que todavía queda sin resolver —y que dejó flotando— es cómo piensa el peronismo ese nuevo proyecto que “genere esperanza”. Esa es la parte que nadie terminó de contestar… todavía.