Hay una pregunta que todos en el peronismo bonaerense se hacen, pero que casi nadie responde en público. Y esa duda —que se va a definir en pocos meses— puede cambiar por completo el mapa político de la Provincia. Todavía no hay un nombre cerrado, pero sí una certeza: dentro del espacio de Axel Kicillof empezó una ofensiva para que la conducción del PJ Bonaerense quede en manos propias. Acá te contamos, de manera simple y directa, por qué pasa esto y quiénes están en la pelea.
Todo arrancó con una frase tajante de un dirigente del riñón kicillofista: “No le vamos a dar el PJ a Máximo ni a ningún aliado de él”. El mensaje apunta directo al intendente lomense Federico Otermín, que mantiene una relación política cercana a Máximo Kirchner y al exintendente Martín Insaurralde.

Dentro del kicillofismo —donde juega fuerte el Movimiento Derecho al Futuro— crece la idea de que quien conduzca el partido tiene que estar alineado al Gobernador. Y ayer, en una entrevista, Carlos Bianco puso sobre la mesa lo que muchos venían insinuando: que la candidata del espacio podría ser la vicegobernadora Verónica Magario, o que directamente haya internas abiertas en el PJ.
Bianco fue claro: dijo que hay varios dirigentes en condiciones de presidir el partido, pero marcó que Magario es quien más representa los intereses del Ejecutivo provincial. Un guiño explícito.
En La Plata ya empiezan a cerrar filas detrás de la figura de Magario, aunque también reconocen que hay intendentes con ganas de competir. Lo que sí está totalmente descartado es acompañar otro mandato de Máximo Kirchner o aceptar que un intendente cercano a él —como Otermín— asuma la presidencia.
¿Por qué Otermín genera ruido? Porque fue uno de los articuladores entre la Gobernación, el massismo y el kirchnerismo en el armado electoral. Habla con todos, sí, pero está ubicado del lado de Máximo dentro de esta interna caliente. En el kicillofismo dudan de que pueda ser “prenda de unidad”.
Otro nombre que aparece es el del intendente de Pilar, Federico Achával, que viene sonando hace más de un año para cargos importantes dentro del PJ.
Mientras tanto, la continuidad de Máximo Kirchner se desinfla semana tras semana. En el MDF directamente la descartan, y varios intendentes creen que su postura pública de querer seguir es más una jugada para negociar que un deseo real.
En La Plata empujan una salida ordenada: internas. “El peronismo necesita votar”, dicen. Saben que puede haber tensiones, pero lo consideran un costo menor frente a la crisis interna del partido.
La fecha para definir todo es entre febrero y marzo. Antes de fin de año —o a más tardar a comienzos de 2026— se va a saber quién va a conducir el PJ Bonaerense. Y ahí se va a cerrar el loop que hoy tiene a toda la política provincial mirando para el mismo lado: ¿quién se queda con la lapicera más pesada del peronismo?