La Legislatura bonaerense volvió a sacudir el tablero y dejó a muchos usuarios preguntándose qué pasó adentro de la UCR bonaerense para que tres diputados rompieran con el acuerdo entre Maximiliano Abad y Martín Lousteau. La respuesta es más simple de lo que parece, pero para entenderla del todo hay que mirar cómo se gestó el nuevo bloque y por qué marca una diferencia real en Diputados.
En las últimas horas, Alejandra Lordén, Valentín Miranda y Priscila Minnaard decidieron apartarse del arreglo interno y conformaron la bancada “UCR – Unión Cívica Radical”. La jugada expone un malestar que venía creciendo y que ahora quedó totalmente a la vista.

Según explican desde el nuevo espacio, el quiebre no fue por un cargo puntual sino por la lógica general de “reparto” que se instaló en la negociación por el endeudamiento que pidió el gobernador Axel Kicillof. Mientras la mayoría del radicalismo aceptó ese esquema, este sector sostuvo que la UCR perdía identidad y capacidad de marcar agenda propia.
Ellos quieren instalar otra prioridad: producción, educación, salud e instituciones más fuertes. Básicamente, dejar de “acompañar” y empezar a “plantarse”.
El nuevo bloque tendrá una conducción rotativa: Lordén presidirá el primer año y Miranda el segundo, mientras Minnaard seguirá de cerca la estrategia parlamentaria.
La ruptura no es un salto al vacío. Hay respaldo territorial de intendentes radicales y del propio Comité Provincia. Eso le da volumen político y muestra que el cortocircuito no es sólo de tres diputados: detrás hay una parte de la UCR que quiere un camino diferente.
Para muchos dentro del partido, la salida de Lordén, una dirigente con fuerte peso nacional y pasado como vicepresidenta de la Cámara, marca un antes y un después dentro de la interna.
El conflicto estalló durante el debate del endeudamiento provincial, el presupuesto y la ley fiscal. Ahí se cerró el acuerdo entre los sectores de Abad y Lousteau, y fue ese pacto el que el nuevo espacio cuestionó con más fuerza.
Dicen que la negociación terminó vaciando de contenido la representación radical y que dejó en segundo plano las discusiones de fondo. La fractura se suma a un panorama ya complicado: en la oposición bonaerense, el PRO también está dividido y los bloques se reacomodan según liderazgos locales y tensiones nacionales.
El bloque UCR – Unión Cívica Radical quiere pararse como una voz propia en la Cámara. Su apuesta es recuperar la identidad partidaria, impulsar la producción local y poner el foco en el desarrollo territorial.
Y acá aparece el detalle que muchos pasaron por alto: esta movida no es solo una pelea por espacios, sino un intento de construir otra referencia dentro de la UCR bonaerense, que hace años arrastra internas sin resolver.
La creación del nuevo bloque suma un capítulo más a una crisis que no afloja.