Si pensabas que la novela por el Banco Provincia ya había terminado, todavía falta una parte clave que puede cambiar el mapa político bonaerense. Y todo gira alrededor de una propuesta que busca achicar el directorio y frenar lo que su autor llama “privilegios que nadie explica”. Pero antes de saber si avanza o no, hay un detalle que muchos pasan por alto y es justamente lo que más te va a interesar…
El legislador bonaerense Manuel Passaglia presentó un proyecto de ley para recortar el directorio del Banco Provincia de 14 a 6 sillones. La movida llega después de la polémica ampliación que se aprobó cuando se negociaba el endeudamiento de la Provincia.

Passaglia lo plantea sin vueltas: quiere terminar con los “privilegios” que, según él, se repartieron entre el oficialismo y parte de la oposición. Y apunta a un gasto que considera innecesario para una entidad clave en plena crisis económica.
Además del recorte, el proyecto incorpora un freno por cinco años para evitar nuevas vocalías o cargos atados al directorio. O sea: nada de sumar puestos que generen más viáticos o sueldos.
El ahorro —según el legislador— debería ir directo a créditos hipotecarios para familias bonaerenses. Una forma de mostrar que la plata puede tener otro destino más útil que engordar estructuras políticas.
Acá se juega el capítulo más tenso. En Diputados, el proyecto necesita 47 votos y la oposición llega a 53. O sea, los números cierran. Pero la historia cambia en el Senado: ahí el peronismo tiene 24 bancas y es primera mayoría. Y sin esos votos, nada avanza.
El propio Passaglia admite que el camino va a ser duro, pero asegura que quiere dejar expuestos a quienes —según él— “se quedaron con cargos que no hacían falta”. Ahí aparece el costado político del proyecto, que pisa fuerte en el debate de la Legislatura.
La ampliación del directorio del Banco Provincia formó parte del acuerdo para aprobar el endeudamiento pedido por Axel Kicillof. Para Passaglia, fue un “gasto injustificado” más vinculado a cerrar un pacto político que a una necesidad real de la entidad.
Desde San Nicolás, el legislador intenta meter presión con un mensaje claro: discutir cómo se usan los recursos públicos en un momento donde cada peso cuenta.
El proyecto también funciona como una jugada política: le permite a Passaglia reforzar su perfil opositor y diferenciarse de quienes acompañaron al oficialismo.
El desenlace va a marcar si logra apoyo o si queda trabado en el Senado. Ahí está la clave que te adelanté al principio: este proyecto no solo define un recorte, sino que muestra cómo se ordena —o se desordena— el poder en la Provincia.