¿Qué pasó realmente dentro del Senado para que una senadora peronista tome una decisión que nadie esperaba? Ese es el interrogante que empezó a circular en las últimas horas y que sacudió al Bloque Justicialista. La salida silenciosa, pero cargada de significado, abrió un nuevo foco de tensión en el peronismo y dejó más preguntas que respuestas.

La protagonista es Cándida Cristina López, quien abandonó el grupo de WhatsApp llamado “Bloque Justicialista”, creado por José Mayans y Juliana di Tullio para ordenar la comunicación interna de la bancada tras el recambio parlamentario. Un gesto simple en lo técnico, pero fuerte en lo político.

El grupo reunía únicamente a los 24 senadores de Fuerza Patria. Los legisladores de Convicción Federal ni siquiera habían sido sumados, ya que todavía discuten si seguir dentro de un interbloque o tomar otro camino. En ese contexto de tensiones abiertas, la salida de López no pasó desapercibida: sus compañeros se enteraron al ver en la pantalla del celular que la senadora fueguina ya no estaba.

Dentro del peronismo, la decisión fue leída como un desenlace casi inevitable. Cándida Cristina López no había participado de la cena de fin de año del bloque en la sede del PJ nacional, un encuentro que dio que hablar tanto por la rosca política como por el menú. Tampoco estuvieron presentes los cuatro senadores de Convicción Federal, lo que expuso aún más las fracturas internas.

Según fuentes justicialistas, la senadora arrastra diferencias políticas desde hace tiempo con varios integrantes del bloque. “Forma parte de un grupo de senadores que analiza su continuidad en el nuevo bloque”, deslizaron desde el propio espacio. Esa definición, hoy, parece más vigente que nunca.

Desde el entorno de López apuntan a un hecho puntual que habría profundizado el quiebre: el conflicto que tuvo con personal de seguridad que responde a Victoria Villarruel. La senadora denunció haber sufrido agresiones cuando intentó ingresar, junto a un cerrajero, a un despacho cuya cerradura había sido cambiada en medio del recambio de oficinas del Senado. Por ese episodio, radicó una denuncia por golpes y manoseos.

Cerca de Cándida Cristina López aseguran que fueron muy pocos los dirigentes que se solidarizaron. Entre ellos mencionan a Juliana di Tullio, además de otros senadores del PJ. “La mayoría miró para otro lado”, repiten con malestar.

Este jueves, la senadora se presentará en Comodoro Py para ampliar la denuncia y aportar nuevas pruebas. Mientras tanto, su salida del grupo de WhatsApp ya dejó una señal clara: el Bloque Justicialista atraviesa una etapa de reacomodamientos, donde cada gesto cuenta y cada silencio también.