Hay una pelea silenciosa que todavía no se ve del todo, pero que puede cambiar el equilibrio del poder en la Legislatura bonaerense. No es solo un cargo más. Lo que está en juego es un lugar clave en la línea de sucesión y una señal política fuerte hacia adentro del peronismo. Por eso, Axel Kicillof decidió no correrse y dar la pelea.
El gobernador bonaerense busca quedarse con la vicepresidencia del Senado, un puesto que considera “sensible” desde el punto de vista institucional. A diferencia de lo que ocurrió en la Cámara Baja, donde La Cámpora, Martín Insaurralde y el Frente Renovador se quedaron con el control del paquete de autoridades, en el Senado el axelismo entiende que no se trata solo de repartir cargos.

Desde el entorno del gobernador lo dicen sin vueltas: lo de Diputados fue un reparto político, pero el Senado es otra cosa. La vicepresidencia forma parte de la línea de sucesión y tiene peso real en el funcionamiento institucional. Por eso, Axel Kicillof no está dispuesto a aceptar un esquema automático que copie lo ocurrido en la Cámara de Diputados.
Del otro lado, La Cámpora sostiene que el gobernador está rompiendo un acuerdo interno. Según ese sector, las autoridades de la Legislatura deben respetar el mismo equilibrio dentro del peronismo. Argumentan que ese lugar lo ocupó hasta hace poco Luis Vivona —quien pasó a la Cámara Baja— y que, por lo tanto, debería quedar en manos de alguien del espacio de Cristina Kirchner.
En el axelismo rechazan esa lectura. Aseguran que la designación de Vivona se dio en otro contexto político, con un peronismo ordenado de manera distinta, y que hoy el escenario cambió. Por eso impulsan a su propia candidata.
La elegida por Axel Kicillof es Ayelén Durán, senadora por Bahía Blanca. Durán tiene un dato clave: supo integrar La Cámpora, pero hace dos años rompió con la agrupación de Máximo Kirchner y pasó a alinearse con el “Cuervo” Larroque. Durante meses fue la única referencia directa del gobernador en la Cámara Alta, y en Casa de Gobierno la señalan como la legisladora indicada para ocupar el tercer lugar en la línea sucesoria.
Mientras tanto, en el kirchnerismo y en el Frente Renovador aseguran que respaldan la candidatura de Mario Ishii. En ese esquema, descartan de plano una postulación de Malena Galmarini. Sin embargo, el tablero sigue abierto.
Este lunes asumieron los nuevos senadores y el peronismo sí logró un acuerdo parcial: la vicepresidencia primera quedó, al menos hasta marzo, en manos de Carlos Kikuchi, el único de los seis vicepresidentes que continúa en el Senado. Aun así, hay discusiones reglamentarias sobre si su mandato venció el 10 de diciembre, ya que los reglamentos permiten distintas interpretaciones.
En ese clima aparece otro nombre: Sergio Berni. Aunque kirchneristas y massistas dicen apoyar a Ishii, el ex ministro de Seguridad quiere ese lugar. Perdió en 2023 frente a Vivona, pero ahora podría reaparecer como una salida de unidad.