Algo cambió en el gobierno de Mar del Plata, pero no todo. Aunque Guillermo Montenegro dejó el municipio para asumir en el Senado bonaerense, el esquema de poder local sigue en pie. La pregunta que muchos se hacen es simple: ¿quién manda ahora y cómo quedó armado el nuevo gabinete? La respuesta muestra una combinación inédita que mezcla acuerdos viejos y alianzas nuevas.
El nuevo gabinete Mar del Plata expone una convivencia política poco común en la provincia de Buenos Aires. Radicales, PRO, lilitos y libertarios comparten gestión en un armado que intenta sostener gobernabilidad sin romper equilibrios. Todo bajo la conducción del intendente interino Agustín Neme, hombre de confianza de Montenegro.
Uno de los datos centrales es la continuidad de la Unión Cívica Radical. La UCR, alineada al senador Maximiliano Abad, sigue ocupando áreas clave del Ejecutivo local. Educación, Salud y Desarrollo Social permanecen bajo control radical, lo que marca que el recambio en la intendencia no implicó un giro brusco en la gestión.
En Desarrollo Social se dio una de las primeras modificaciones visibles: salió Vilma Baragiola, que volvió al Concejo Deliberante, y asumió Guillermo Schütrumpf, hasta ahora secretario del bloque radical. El mensaje fue claro: cambios, sí, pero sin romper acuerdos.
El PRO, que gobierna Mar del Plata desde hace años, mantiene su peso político y busca proyectar el reciente entendimiento con La Libertad Avanza a nivel local. Ese acuerdo, impulsado por Montenegro, empieza a traducirse en espacios concretos para el sector libertario dentro del esquema municipal.
Por ahora, los libertarios ya aseguraron un lugar clave: la presidencia del Concejo Deliberante quedó en manos de Emiliano Recalt, dirigente alineado al diputado nacional Alejandro Carrancio. Es una señal de poder que apunta directamente a garantizar gobernabilidad legislativa.
En paralelo, la Coalición Cívica también sigue dentro del oficialismo. El Ente Municipal de Turismo y Cultura continúa bajo la conducción del lilito Bernardo Martín, aunque desde el municipio no descartan futuros movimientos. Tanto en el Emturic como en Obras Sanitarias (Osse) podrían incorporarse dirigentes de La Libertad Avanza, una vez que venzan los mandatos actuales.
Hoy, Osse está en manos de los radicales Carlos Katz y Cristina Coria, pero el vencimiento de cargos abre la puerta a una reconfiguración. En ese escenario, los lilitos podrían ser reubicados en Medio Ambiente para equilibrar fuerzas.
El trasfondo de este armado es político. En el Concejo, Neme necesita sí o sí del acompañamiento radical para alcanzar mayorías. Entre el PRO y los libertarios suma nueve bancas, pero con la UCR y la Coalición Cívica el número trepa a 14 concejales, suficientes para aprobar proyectos clave del Ejecutivo.
El mensaje interno fue directo: continuidad del modelo de gestión, todos adentro y menos pelea partidaria. Al menos por ahora, Mar del Plata apuesta a la estabilidad antes que al ruido político.
