¿Qué pasa realmente dentro de las Fuerzas Armadas con la asunción de Carlos Presti como ministro de Defensa? La ceremonia parecía normal, con la presencia del embajador de Estados Unidos en Argentina, Peter Lamelas, pero algo llamó la atención: el vacío del jefe de la Armada. Este detalle ya anticipa la tensión interna que se vive en el mundo castrense y que nadie quiere admitir abiertamente.
El enojo dentro de las Fuerzas Armadas tiene varias razones. La primera es que Presti decidió no retirarse de su cargo militar y creó un mecanismo legal llamado “estado de disponibilidad” para mantener su rango mientras ocupa el ministerio. Los militares creen que esto politiza a la fuerza y que cualquier decreto que firme tendrá un sesgo político. Por eso, prefieren que quien asuma el ministerio sea un militar retirado, sin riesgos de conflictos internos.

La segunda razón es la llamada “purga quirúrgica” que Presti implementó al asumir. Según fuentes castrenses, la limpieza no respondió a necesidades de las fuerzas, sino a proteger intereses particulares y contener el descontento por su decisión de no retirarse. Un oficial de la Armada explicó que hay malestar porque sienten que se los utiliza y luego se los descarta, sin reconocimiento a su apoyo durante la transición.
El episodio más llamativo se dio en la Armada: ni el jefe ni el subjefe asistieron a la ceremonia, y según la fuente, Carlos Alievi se siente traicionado. Durante su gestión, había controlado privilegios como celulares oficiales, licencias extraordinarias y viajes al exterior, medidas que las otras fuerzas mantienen. Esta actitud ahora genera un choque evidente con la nueva conducción política del ministerio.
Además, se espera un presupuesto limitado para las fuerzas, lo que sugiere que algunos puestos podrían ser sacrificados para proteger figuras políticas. La atención está puesta en la próxima ceremonia de cambio de mando en la Armada, donde todos estarán pendientes de cómo recibirán a Presti cuando ponga en posesión al nuevo jefe.
La comparación con la asunción de Jorge Taiana es inevitable. Aquella ceremonia contó con la presencia de los jefes de todas las fuerzas y del Estado Mayor Conjunto, mientras que la de Presti estuvo marcada por funcionarios políticos y la ausencia de la Armada. Este contraste refuerza la sensación de distancia y desconfianza dentro de las Fuerzas Armadas.
Por último, hay que seguir de cerca cómo evolucionan estos roces internos. La relación de Carlos Presti con las fuerzas, la reacción de Xavier Isaac y otros actores clave, y la mirada de Peter Lamelas serán factores determinantes para entender si la tensión se mantiene o se logra estabilizar el vínculo entre política y castrenses.