¿Cómo puede pasar que concejalas electas se queden sin un lugar para trabajar dentro del Concejo Deliberante? Esa es la pregunta que empezó a circular en Villa Gesell y que todavía no tiene una respuesta clara. Lo cierto es que una interna política terminó en una escena tan insólita como simbólica: dos ediles opositoras, trabajando sin oficina y sin secretario.

La situación involucra a Clarisa Armando y Rosana Lanz, concejalas del PRO, que denunciaron haber quedado afuera del reparto de oficinas dentro del Concejo Deliberante local. Mientras el resto de los bloques sí recibió espacios y personal asignado, ellas quedaron literalmente a la intemperie.

 

 

 

 

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El hecho tomó estado público cuando Clarisa Armando, referente del PRO en la ciudad, ex candidata a intendenta y ganadora de la última elección legislativa en el distrito, decidió contarlo con un video en redes sociales. En las imágenes se la ve sentada en el pasto del predio del Concejo. Con ironía, dice: “Bueno, acá estoy, en mi oficina”, y se ríe. El tono fue liviano, pero el mensaje, contundente.

Según explicó la edil, no solo quedaron sin oficina, sino también sin secretario, algo que sí fue garantizado para los demás bloques. Para Armando, la decisión no fue casual. Apuntó directamente contra la presidenta del Concejo Deliberante, Myrian Oillataguerre, a quien responsabilizó por haberlas marginado en acuerdo con otras bancadas.

Las críticas no tardaron en llegar. Armando dejó en claro que, aunque eligió tomárselo con humor, la situación le resulta injusta. “Al principio, claramente, uno se enoja por la injusticia”, sostuvo. Y fue más allá: cuestionó que se discutan privilegios políticos mientras la ciudad atraviesa problemas urgentes.

“Como los problemas de la política no son los problemas de la gente, y nosotros vinimos a trabajar por los vecinos, esto no nos modifica”, afirmó. En ese sentido, remarcó que la falta de oficina no va a frenar su tarea legislativa, aunque dejó expuesto un conflicto interno que, para muchos vecinos, resulta difícil de entender.

El caso reavivó el debate sobre el funcionamiento del Concejo y el uso de los recursos públicos. Que dos concejalas queden sin oficina mientras otras fuerzas acceden a espacios y cargos generó malestar y preguntas dentro y fuera del ámbito político.

Lejos de victimizarse, Clarisa Armando cerró su mensaje con una frase optimista: “Todo va a estar bien, vamos a trabajar para eso”. Una forma de bajar el tono, pero también de dejar en evidencia que el conflicto existe y que, por ahora, sigue sin resolverse.

Mientras tanto, en Villa Gesell, la postal de concejalas trabajando sin oficina se convirtió en el símbolo de una interna opositora que pasó de lo político a lo insólito.