La opinión pública volvió a marcar una tendencia fuerte. Según una encuesta nacional realizada sobre 1.710 dispositivos móviles entre el 6 y el 8 de diciembre, la mayoría de los argentinos considera que la reforma laboral es un tema urgente. El 61,4% respondió que es “muy urgente” porque frena el desarrollo del país. Del otro lado, un 21,05% cree que no es necesaria y que podría implicar pérdida de derechos.

Cuando se consulta cómo debería tratarse el tema en el Congreso, el resultado muestra matices. El 45,58% sostiene que se debe discutir todo el esquema laboral. Otros priorizan puntos específicos: el 19,73% pone el foco en los juicios laborales y el 17,01% en las nuevas relaciones de trabajo. Un 9,52% directamente no quiere que se trate nada.

Estos números ayudan a entender por qué el debate ya no es técnico, sino político y social.

El Estado, la inseguridad y el malestar cotidiano

Otro dato clave tiene que ver con cómo se percibe al Estado argentino sin reformas. Para el 65,97%, hoy es un obstáculo, principalmente por la burocracia. Solo el 17,36% lo ve como un equilibrio necesario para garantizar justicia social. El resto lo describe como un dolor de cabeza o un protector con poca eficiencia.

En materia de inseguridad, las prioridades también son claras. El 35,21% pide penas más severas, mientras que el 34,51% reclama una política dura contra la reincidencia. Más atrás aparecen bajar la edad de imputabilidad (21,83%) y la idea de cárceles privadas (8,45%).

Sindicatos, producción y futuro político

El rol de los sindicatos atraviesa uno de sus peores momentos de imagen. El 59,18% considera que no son importantes en la vida laboral actual y el dato más fuerte es que el 80,69% cree que funcionan como un negocio.

Respecto a los parques industriales, hay una mirada más pragmática: el 76,03% piensa que pueden ser importantes si existe una política adecuada, aunque un 21,23% señala que hoy están obsoletos.

En el plano político, el escenario a futuro también empieza a definirse. El 52,08% opina que Javier Milei debería seguir gobernando después de 2027. Un 27,08% cree que todavía falta, pero aclara que no quiere volver atrás. Más lejos aparecen Axel Kicillof, Maximiliano Pullaro y, con apenas 0,69%, el pastor Dante Gebel.

Un cambio de época que ya está en marcha

Desde DC Consultores advierten que estos datos no son una foto aislada, sino parte de un proceso más profundo. Hablan de una sociedad que dejó de pedir volver al pasado y ahora exige avanzar. La fatiga social, el rechazo a viejas estructuras y la demanda de cambios concretos marcan un nuevo clima.

El mensaje es simple y directo: ignorar este cambio de era tiene un costo político alto. La discusión ya no es si hay que cambiar, sino quién entiende mejor lo que la mayoría está diciendo.