¿El salario le ganó a la inflación o fue solo un espejismo? Esa es la pregunta que muchos se hacen al mirar el cierre de 2025. Los números están sobre la mesa, pero la respuesta no es tan simple. Detrás de los promedios oficiales, el mapa laboral muestra contrastes fuertes entre trabajadores formales, estatales, jubilados y quienes sobreviven en la informalidad. Y en la Región Capital, esa foto se siente todos los días.

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Salarios: un empate que no alcanza

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Según los últimos datos del INDEC, los salarios registrados crecieron en octubre un 2,5%, apenas por encima de una inflación del 2,2%. En términos simples: no se perdió tanto como antes, pero tampoco se recuperó lo perdido. Distintos analistas coinciden en que se trata de un “empate técnico”.

Desde la Fundación Libertad y Progreso, el economista Iván Cachanosky explicó que la mejora es frágil y depende casi por completo de que los precios aflojen. El salario todavía está por debajo de niveles previos y no logra consolidar una recuperación real. Para 2026, cualquier mejora sostenida estará atada a una inflación mucho más baja, algo que todavía no está garantizado.

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Jubilaciones mínimas: la mayor deuda

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Donde el atraso es más evidente es en las jubilaciones mínimas. La ANSES confirmó que en enero el haber mínimo será de $349.299, con un bono congelado en $70.000. En total, el ingreso de bolsillo rondará los $419.000.

Aunque ese monto apenas supera la canasta básica individual del INDEC, queda muy lejos de lo que necesita un adulto mayor para vivir. La brecha con los gastos reales —medicamentos, servicios, alimentos— sigue creciendo y explica por qué muchos jubilados ajustan por donde pueden o dependen de ayuda familiar.

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Estatales y paritarias bajo presión

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En el sector público, el clima es tenso. La ATE rechazó una oferta del 2% de aumento y un bono de $50.000, al considerarla insuficiente. Su secretario general, Rodolfo Aguiar, advirtió que más del 70% de los estatales cobra por debajo de la línea de pobreza y apuntó contra UPCN por avalar acuerdos a la baja.

El resultado es conocido: pérdida de poder adquisitivo, pluriempleo y conflictos que se repiten.

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Privados: acuerdos desparejos

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En el sector privado, el escenario es desigual. Algunos gremios lograron empatar o superar levemente la inflación, mientras otros siguen renegociando para no quedar más atrás. Aumentos en cuotas, sumas no remunerativas y revisiones constantes muestran lo difícil que es proyectar ingresos estables.

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Más trabajo, peor calidad

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Un informe de Analytica suma otra señal de alerta: creció el empleo, pero empeoró su calidad. La informalidad ya alcanza al 43,3% de los ocupados y la mayoría de los nuevos puestos son inestables y de bajos ingresos. Entre jóvenes y cuentapropistas, la situación es todavía más complicada.

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Una foto frágil

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El cierre de 2025 deja una situación laboral argentina 2025 marcada por el equilibrio justo: salarios que apenas acompañan, jubilaciones atrasadas y un mercado de trabajo que crece, pero con bases débiles. En La Plata y la Región Capital, el desafío ya no es solo tener trabajo, sino que ese ingreso alcance para vivir.