martes 30 de diciembre de 2025 - Edición Nº4940

Nacionales | 30 dic 2025

Patricia Bullrich ubicó a Gerardo Milman en un cargo clave del Senado

09:00 |Arrancó casi sin ruido, pero el movimiento puede tener impacto político. Mientras el Senado debatía el Presupuesto, Patricia Bullrich avanzó una jugada clave para ganar poder dentro del Congreso.


Arrancó casi sin ruido, pero el movimiento puede tener impacto político. Mientras el Senado debatía el Presupuesto, Patricia Bullrich avanzó una jugada clave para ganar poder dentro del Congreso. Lo hizo lejos de los flashes, pero con un objetivo claro: ubicar a un hombre de máxima confianza en un lugar estratégico. ¿Quién es, cómo llegó y por qué genera ruido incluso dentro del propio oficialismo?

La exministra de Seguridad logró que Bartolomé Abdala, presidente provisional del Senado, firmara la designación de Gerardo Milman como director de Relaciones con las Provincias de la Cámara Alta. El nombramiento se concretó en plena sesión y le garantiza al exdiputado un salario cercano a los tres millones de pesos mensuales. En la jerga política, un cargo de peso y bien pago.

La movida no fue casual. Bullrich viene intentando acumular influencia en el Senado, un territorio clave para las negociaciones del Gobierno con aliados y opositores. En ese contexto, logró esquivar el veto que había impuesto Karina Milei sobre Milman, a quien rechaza desde hace tiempo. De hecho, ya había bloqueado otros intentos de ubicarlo en cargos del Estado, como en Migraciones.

El nombre de Milman no pasa desapercibido. En la oposición peronista lo señalan como un “ñoqui de lujo” y recuerdan que fue acusado como uno de los posibles ideólogos del atentado contra Cristina Kirchner en septiembre de 2022. Esas denuncias lo dejaron prácticamente mudo durante el final de su mandato como diputado, evitando confrontaciones públicas y bajando el perfil.

Según trascendió en los pasillos del Senado, en los últimos días varios legisladores se lo cruzaron entrando y saliendo de oficinas. Un senador confió que Bullrich lo tenía “escondido” en un despacho del edificio anexo conocido como La Caja. Finalmente, el trámite se cerró con un memo oficial ingresado por mesa de entradas con el usuario de Abdala, lo que confirma su rol directo en la designación.

El movimiento tomó por sorpresa al entorno de la vicepresidenta Victoria Villarruel, con quien Bullrich mantiene una relación tirante. Para algunos libertarios, la jugada fue vista como una provocación interna en medio de una negociación delicada por la ley de leyes. “Todo pedido de Bullrich a Abdala es venenoso”, deslizó un senador oficialista.

Por ahora, Abdala resiste en su cargo, aunque su continuidad se definirá en las próximas semanas. Mientras tanto, Bullrich ya logró su objetivo inmediato: meter a uno de sus alfiles históricos en el corazón del Senado y volver a darle poder a un dirigente que parecía políticamente terminado. El impacto real de esa decisión recién empieza a verse.

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