El CEO de YPF, Sergio Affronti, terminó este jueves afuera de la petrolera estatal, en medio del escándalo de espionaje al presidente de la compañía, el santacruceño Pablo González.
La salida de Affronti resuelve meses de tensiones entre la conducción política de la compañía y la línea gerencial que lideraba el ex CEO. En su lugar asume Pablo Iuliano, vicepresidente de upstream no convencional de la petrolera estatal. Un técnico muy respetado con casi dos décadas en la compañía.
La investigación por espionaje comenzó a fines del año pasado y derivó en una denuncia judicial que investiga la jueza María Servini de Cubría.
La revista Noticias reveló que parte del contenido de la denuncia de Pablo González. Según ese artículo, un trabajador de la empresa descubrió las actividades de inteligencia sobre el presidente de YPF mientras realizaban tareas bautizadas internacionalmente como TSCM, por las siglas en inglés de "Technical Surveillance Counter Measures", que en español significa "Contramedidas de Vigilancia Técnica".
La salida del CEO de YPF se da en el marco de fuertes rumores de una posible compra por parte del Estado del 49% de la empresa que aún permanece en manos de privadas.
Como parte de las "contramedidas de vigilancia técnica" se monitorea la presencia de micrófonos y otros dispositivos en el despacho del presidente de YPF. En medio de esa búsqueda, uno de los empleados descubrió que otro compañero sacó fotos y revisó los cajones en la oficina de González. La intrusión está grabada y esas imágenes forman parte de la denuncia.
"En el marco del procedimiento realizado el 30 de noviembre de 2021, Alejandro Garofani accedía y registraba fotográficamente, almacenaba y enviaba o compartía todo tipo de información impresa disponible en los escritorios, cajones, ficheros, cestos de residuos, mochilas, bolsos, etc, de las oficinas en donde se realizaba el procedimiento, conductas que obviamente, de ningún modo estaban autorizadas sino que, por el contrario, estaban prohibidas y conformarían los delitos denunciados", sostuvo González en el escrito presentado a través de su abogado.
La denuncia agrega que Alejandro Garofani "realizaba fotografías tanto con su celular corporativo como con su celular personal, y que esas imágenes las almacenaba y/o enviaba o compartía a terceros a través de su celular (ya que luego de fotografiar manipulaba el celular en actitud de escritura dactilar sobre la pantalla; lo que fundamenta la sospecha razonable de que trasmitió en el momento las fotos a alguien más), circunstancias que conllevarían a la creación de copias no controladas de documentos que contienen información sensible no pública de YPF S.A. e información personal de los ejecutivos de la compañía".
Las versiones que circulan afirman también que Affronti resistía las compras de barcos de gasoil para paliar el desabastecimiento en las estaciones de servicio del interior del país, entre otras medidas que ordenaba la conducción política de la compañía.
Además, la salida del CEO de YPF se da en el marco de fuertes rumores de una posible compra por parte del Estado del 49% de la empresa que aún permanece en manos de privadas, dado el derrumbe de su cotización bursátil que ubican el valor de la compañía en apenas un poco más de 1500 millones de dólares, una ridiculez si se tiene en cuenta nada más que los pozos que posee en Vaca Muerta.