El reciente acto de Máximo Kirchner en La Plata, junto a un grupo de más de veinte intendentes, generó un gran revuelo político que provocó la intervención directa de Cristina Fernández de Kirchner. La ex presidenta no tardó en expresar su enojo hacia su hijo y los intendentes presentes, a quienes convocó de urgencia tras la presentación.
“¿Ustedes son pelotudos?”, exclamó Cristina en una reunión con los alcaldes, quienes acudieron tras recibir el llamado de Jorge "El Topo" Devoto, uno de los colaboradores más cercanos de la ex mandataria. Este llamado ocurrió apenas horas después de la participación de Máximo en el estadio Atenas.
El mensaje de Devoto fue claro y directo: “No se le hace interna a Kicillof”, refiriéndose a la polémica por las críticas implícitas que Máximo había lanzado contra el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof. En su discurso, aunque no lo mencionó por su nombre, Máximo insinuó que Kicillof disfrutaba de los beneficios que otorgaba Cristina sin haber pasado por las mismas dificultades.
Aunque al principio hubo abrazos y entusiasmo tras el acto, la rápida intervención de Cristina Kirchner dejó a los intendentes en una situación complicada. En Gobernación, si bien tomaron nota de los dirigentes presentes, evitaron mostrarse molestos. Sin embargo, se destacó la ausencia de críticas hacia el presidente Javier Milei, mientras se notaba un ataque más directo hacia Kicillof.
La ex presidenta dejó en claro que no toleraría ataques a Kicillof, especialmente en un momento donde el peronismo enfrenta una crisis de representación. En este contexto, Máximo se dirigió a sus militantes diciendo: “Hay algunos que viven de campaña”, en referencia a la constante lucha interna por el poder dentro del espacio.
Un tema aparte fue el papel del massismo en este conflicto. Aunque la intendenta de Presidente Perón, Blanca Cantero, y el vicepresidente de la Cámara de Diputados, Alexis Guerrera, participaron en el acto de Máximo, en menos de 24 horas Kicillof destacó la importancia de Sergio Massa en el gobierno, un claro mensaje en medio del reordenamiento del peronismo.
Mientras tanto, el ministro de Trabajo, Walter Correa, organiza un acto en el oeste del conurbano, en línea con los plenarios de la militancia La Patria no se Vende. Este evento, impulsado por Correa y Andrés "Cuervo" Larroque, busca consolidar alianzas para Kicillof y contrarrestar las tensiones generadas por el acto de Máximo.
La situación marca un nuevo capítulo en el conflicto interno del kirchnerismo, con Cristina Kirchner reafirmando su apoyo a Kicillof y reprendiendo a su propio hijo por abrir un frente innecesario dentro del movimiento.