Faltan nueve meses para que la CGT renueve su conducción, pero, a diferencia de otras veces, hoy hay más dudas que certezas. ¿Volverá el triunvirato o habrá un solo secretario general? ¿Se mantendrán las mismas figuras o habrá una renovación? ¿El sindicalismo endurecerá su postura o seguirá dialogando con Javier Milei? Todo dependerá de dos factores clave: las elecciones sindicales de mitad de año y el resultado de los comicios legislativos de octubre.
El 11 de noviembre vence el mandato de los 49 miembros del Consejo Directivo, y muchos sindicatos tendrán elecciones internas en los próximos meses. Aunque varios líderes buscarán la reelección, también podrían darse cambios que afecten la futura conducción cegetista.
Otro factor clave será el resultado de las elecciones legislativas del 26 de octubre. Si Milei logra un triunfo amplio, podría impulsar más reformas laborales, como la eliminación de la reelección indefinida de dirigentes sindicales y la prohibición de la cuota solidaria, medidas incluidas en la denominada Ley Tetaz. En cambio, si el peronismo resiste, la CGT podría endurecer su postura.
Gran parte del sindicalismo peronista se encolumnó detrás de Axel Kicillof, quien, a través de su Movimiento Derecho al Futuro, busca posicionarse como líder del PJ de cara a 2027. En el armado de listas legislativas, hay nombres sindicales fuertes como Sergio Palazzo (bancarios), Hugo Yasky (CTA) y Vanesa Siley (judiciales), mientras que en la CGT se menciona a Héctor Daer como posible candidato a diputado por la Provincia de Buenos Aires.
La actual conducción tripartita nunca funcionó del todo bien, pero no hay consenso para un liderazgo único. Se espera que en noviembre se mantenga el esquema con un representante de "los Gordos" (Daer, Gerardo Martínez, José Luis Lingeri), un dirigente del moyanismo y otro del sector de Luis Barrionuevo.
Sin embargo, en la CGT crece la idea de incluir a una mujer en la cúpula y darle espacio a dirigentes más jóvenes. La renovación es una deuda pendiente del sindicalismo argentino, y este congreso podría marcar el inicio de un cambio real... o ser más de lo mismo.
El desenlace está atado al resultado de las elecciones. Si Milei arrasa en octubre, el sindicalismo moderado podría fortalecerse. Si el peronismo logra resistir, los sectores más combativos podrían ganar terreno. Lo cierto es que la CGT cambiará. La pregunta es: ¿cuánto?