La pregunta que todos se hacen en el radicalismo porteño es simple, pero todavía no tiene respuesta: ¿qué rol va a jugar Martín Lousteau? Con las elecciones a la vuelta de la esquina, la UCR de la Ciudad empieza a definir nombres y estrategias, pero la figura de Lousteau sigue generando intriga.
Mientras tanto, en la mesa chica ya suena fuerte un nombre que pocos conocen, pero que podría sorprender: Lucille Levy. Ex presidenta de la FUBA, contadora y licenciada en Administración por la UBA, hoy consejera académica. En un contexto marcado por las marchas en defensa de la universidad pública, la idea de poner a Levy al frente de la lista legislativa empieza a tomar forma. La apuesta: renovación generacional y cercanía con la agenda universitaria.
Detrás de estas definiciones aparecen dos nombres clave: Son Daniel Angelici y Emiliano Yacobitti. Son ellos quienes manejan los hilos del radicalismo porteño, junto con la presidencia formal de Martín Ocampo.
La jugada de Angelici es clara. Va a meter todas sus fichas en la lista radical. La ventaja que tiene es que ninguno de los legisladores que le responden tiene que renovar banca este año, así que puede concentrar fuerzas en armar sin apuros.
¿Y Lousteau? Todavía es un misterio. Se habló de un posible frente con Horacio Rodríguez Larreta, pero las conversaciones no avanzaron. Además, el ex jefe de gobierno es un problema para la UCR: comparten electorado y Larreta pesca en la misma pecera que el radicalismo.
No es la primera vez que Lousteau queda en esta posición. En 2017 se presentó con un armado muy parecido al actual y sacó 12 puntos. Hoy, los más optimistas esperan la mitad. No es mucho, pero tampoco es nada.
Para colmo, aparece otro obstáculo: Leandro Santoro. Aunque hoy esté alineado con el peronismo, tiene corazón radical y también seduce al mismo electorado.
En paralelo, otro que intenta meterse en carrera es Martín Tetaz. Su padrino político es Juan Nosiglia, hijo del histórico Coti Nosiglia, aunque hoy bastante alejado de las decisiones del partido. Tetaz tiene que renovar su banca, pero la ve difícil. Encima, todavía le recuerdan cuando hace poco hizo una charla con Raúl Alfonsín por inteligencia artificial, después de años de criticar al expresidente.
¿Otro nombre que estaba en carpeta? Agustín Rombolá, presidente de la juventud radical porteña. Sin embargo, su figura perdió fuerza en los últimos meses.
Por ahora, el radicalismo porteño espera la señal de Martín Lousteau. Todos mueven las piezas, pero la jugada final depende de él. ¿Se va a animar a encabezar o va a mirar desde afuera? Falta poco para saberlo.
