Un equipo de arqueólogos egipcios y japoneses descubrieron una tumba egipcia de 4.000 años de antigüedad en la necrópolis de Saqqara, a unos 30 kilómetros al sur de El Cairo.
La tumba, que data de entre el 2649 y el 2150 a.C., contiene restos humanos, cajas fúnebres, elementos arquitectónicos y artefactos de distintos periodos históricos.
Entre los hallazgos más destacados se encuentran una máscara pintada con distintos colores, la tumba de un niño pequeño de la Dinastía II, un vaso de alabastro de la XVIII Dinastía, dos estatuas de terracota de Isis y Harpócrates, una estela con la inscripción de un hombre llamado "Heroides", varios amuletos y ostraca.
El descubrimiento es un importante aporte al conocimiento de la historia de Egipto, ya que proporciona información sobre distintos periodos de la civilización faraónica.