Bona, la ovejero alemán que acompaña a Sergio Berni todo el día, es casi tan inquieta como él. Lo sigue hasta el polígono de tiro donde el ministro de Seguridad prueba una serie de armas de disuasión que analiza adquirir. Primero, una pistola de aire comprimido que acciona bolas de plástico duro y también puede ser utilizada con gas paralizante. Después, un rifle largo que usa las mismas municiones. Apunta, tira, los impactos agujerean varias veces la cabeza del blanco. Deja el arma, hace algunos comentarios técnicos sin decir si comprará o no y se va. Es momento de la entrevista con La Tecla, Bona golpea la puerta del tráiler que el funcionario usa como despacho en el predio de la Policía en Puente 12. Le abren y se abalanza sobre el sillón donde está su amo. Bona se tranquiliza tras unas caricias y un par de órdenes, el grabador se enciende, Berni dispara.
-¿Por qué dijo que Alberto Fernández se está haciendo un golpe a sí mismo?
-Porque estamos en una situación totalmente incomprensible, inentendible, y que tiene un solo responsable, que es este Gobierno.
-¿Es solamente culpa del Presidente?
-No tengo ninguna duda.
-¿Y los otros actores políticos?
-El es el Presidente, es el padre de la casa, el que tiene que conducir lo que se ha negado a conducir.
-¿Habló con Cristina últimamente?
-No.
-¿Por qué tomó distancia del kirchnerismo?
-Porque el kirchnerismo dejó de ser lo que era. El kirchnerismo se impregnó de gente que nada tiene que ver con el kirchnerismo que transité durante 34 años. Me parece que en los últimos dos años, a partir de una de-cisión táctica de ganar las elecciones, incorporó gente que nada tiene que ver con lo que yo pienso.
-¿Por ejemplo Alberto Fernández?
-Por ejemplo Alberto Fernández, y muchos más. La lista es larga.
-Pero en algo sí coincide con el kirchnerismo: en las críticas hacia el Presidente.
-Es distinto; yo creo que ahora es tarde. Las críticas del kirchnerismo al Presidente ahora, son tarde.
-Usted fue casi el primero en darlas desde adentro.
-Sí, y desde apenas asumió; porque veía que era inevitable que el rumbo que iba a tomar el Gobierno era este. Me parece que el kirchnerismo reaccionó tarde y, al haber reaccionado tarde, el daño colateral es peor.
-¿Qué debería hacer el Gobierno?
-Lo que dijo que iba a hacer, que es peronismo. Este Gobierno se alejó de la doctrina peronista y está atentando contra los principios por los cuales el Frente de Todos había sido formado.
-¿El Gobierno se alejó de la justicia social?
-Absolutamente. Un gobierno que está fo-mentando permanentemente los planes so-ciales está totalmente apartado de la justicia social. Justicia social es generar trabajo, no planes sociales.
-Juan Grabois dijo que usted era gorila, represor y violento. ¿Qué le contesta?
-Esa es la causa por la cual me fui del Frente. No nos olvidemos que Juan Grabois fue uno de los ideólogos de que liberen a los presos. ¿Qué tengo que hacer yo en ese espacio? Nada.
-Pero usted, de alguna manera, sigue dentro del Frente de Todos.
-No. Yo estoy ayudando al Gobernador. Tengo mi propio espacio político. El año que viene vamos a ver cómo quedan reconfigurados los dos frentes más importantes que hay, tanto Juntos por el Cambio como el Frente de Todos, y de ahí tomaremos las decisiones electorales que tengamos que tomar.
-¿A las críticas que se le hacen al Gobierno no les falta ser acompañadas por alguna propuesta?
-No son críticas. Este Presidente, en un acto en Rosario, dijo que nuestra obligación era, cada vez que sentíamos que el rumbo no era el correcto, decírselo. El problema es que cuando nosotros se lo remarcamos, él se enoja y toma represalias.
-¿Y su relación con Máximo Kirchner cómo es?
-No tengo ninguna relación. Desde que me fui del kirchnerismo no tuve más relación con ningún dirigente importante del espacio.
-¿El kirchnerismo es corresponsable de haber perdido la elección el año pasado?
-No, yo creo que se perdió por la mezquindad del Presidente, y ahí es donde quedaron en evidencia todos los problemas que se de-sataron ahora. Haber perdido las elecciones, lo único que hizo fue desencadenar una crisis, producto de una gran especulación por parte de aquellos que pensaban, como el Presidente, que las elecciones se ganaban por diez puntos.
-¿Qué le diría a su hijo si, dentro de algunos años, le planteara ser militante de La Cámpora?
-Nunca va a ser militante de La Cámpora.
-¿Qué quiere hacer Berni en el 2023?
-Por lo pronto, acompañar al Gobernador, hasta que él decida lo contrario, en estas transformaciones que estamos haciendo en materia de seguridad. Y electoralmente me parece que falta mucho. Vamos a tener una participación activa, pero estamos esperando que haya una reconfiguración definitiva de los frentes para visualizar cuál va a ser la táctica y la estrategia electoral de nuestro espacio político.
-¿Archivó sus deseos o sus ganas de ser Gobernador o Presidente?
-Gobernador tenemos uno, y muy bueno, que ya ha dicho que tiene toda la vocación de volver a ser candidato; y Presidente no he archivado nada, todos los días me preparo para eso.
-¿Qué pasa si Kicillof es candidato a Gobernador por el Frente de Todos y están los mismos actores que hay hoy? ¿No entra en conflicto su espacio?
-No creo que el Frente de Todos llegue a las elecciones de la misma manera que las enfrentó en el 2019. Creo que va a haber cambios fuertes, y estamos esperando a ver cuáles van a ser, para decidir cuál va a ser nuestro futuro electoral.
-¿Cómo se lleva con la oposición?
-Muy bien, porque yo entiendo que gobernar no es ser parte de un club de amigos, es hablar con todo el mundo, debatir, tener diferentes miradas. Cuando uno personaliza las diferencias políticas comete los errores que vemos permanentemente. Yo nunca personalizo las diferencias políticas.
-Si en algún momento dejara la política, ¿volvería el quirófano o al cuartel?
-Nunca me fui del quirófano. Y al cuartel no puedo porque me retiraron.
-¿Lo extraña?
-Extraño mucho la cirugía, pero nunca me retiré definitivamente, siempre estoy activo.
-¿En qué sirve tener una formación militar para la política?
-(Carl von) Clausewitz decía que la guerra es la continuación de la política por otros métodos, por lo tanto hay una relación desde la mirada táctica y estratégica, pero son dos cosas totalmente distintas. Una cosa es el poder económico y otra cosa es el poder que resulta de las Fuerzas Armadas en defensa de la soberanía nacional. Son cosas diferentes, pero Clausewitz resumía esa relación de esa manera.
-¿Le falta a la política un poco la disciplina, que sí está en la formación militar?
-No es una cuestión de disciplina. Lo que no tengo ninguna duda es que a la política le falta el sentido de mirada na-cional, le falta el sentido de pertenencia y de soberanía. Los soldados juramos en-tregar la vida defendiendo nuestra bandera, y a veces veo que la política, lo primero que hace es traicionar los intereses nacionales.
-¿A la política le falta sensibilidad social?
-Absolutamente. Por sobre todas las cosas, lo que le falta a la política es sentido común, sensibilidad, coherencia. Un día uno dice una cosa y después, si no le conviene, dice lo contrario; un día está con uno, otro día está con otro. Nunca vamos a tener un país estable cuando la política es totalmente inestable.
-¿Y está alejada de la sociedad?
-Totalmente. Está en otra frecuencia.
-¿Qué ve en la calle?
-Veo que la sociedad está huérfana de conducción. La sociedad espera de un gobierno que conduzca políticas públicas, y ve que eso no pasa.
-¿Es una falencia que ahora se ha profundizado más?
-En los últimos años había una conducción forjada en otros intereses, eran intereses personales y no colectivos; hoy, lo que falta es una conducción de esos intereses colectivos.
-¿Cómo lo ve a futuro?
-No soy tan pesimista como lo son todos. Creo que el problema de este Gobierno es político y no económico, más allá de que una inflación de 70 puntos impacta fuertemente en la economía individual de cada uno de los ciudadanos, pero creo que ordenando la política, la economía también se ordena.
“Por primera vez un Gobernador no especula con los tiempos electorales”
-Usted habla mucho del Gobierno nacional, pero ¿en la Provincia hay también una convivencia difícil a partir, por ejemplo, de la llegada del grupo de intendentes?
-En la Provincia hay un equipo de gobierno que tiene objetivos claros y sabe cómo hacer; y en ese trabajo está todo el gabinete totalmente involucrado.
-¿Cómo evalúa al Gobierno de Axel Kicillof?
-Es un Gobernador que está decidido a hacer cambios estructurales en una provincia que estaba atada con alambres. Los cambios estructurales nadie los hace porque requieren tiempo, entonces los tiempos electorales siempre predominan a la hora de tener que tomar decisiones. Por primera vez hay un Gobernador que no especula con los tiempos electorales, sino que hace las transformaciones que necesita la Provincia. No solamente se necesita inversión, sino compromiso y, por sobre todas las cosas, tiempo, que es lo que ningún dirigente quiere esperar porque siempre hay especulaciones permanentes. Por primera vez hay un Gobernador que no especula.
-¿Y no hay ningún error, nada para marcar del Gobierno provincial?
-Mire, solamente se equivocan aquellos que hacen. Como estamos haciendo todos los días, seguramente nos equivocamos todos los días; pero yo prefiero equivocarme por hacer y no por no hacer.
-¿Cómo está su relación con Martín Insaurralde?
-Como estuvo siempre, sin ningún problema; él es el jefe de Gabinete y yo soy el ministro de Seguridad, y trabajamos y aportamos todo lo que debemos hacer para llevarles tranquilidad a los bonaerenses.
“Trabajamos muchísimo y se ven los cambios todos los días”
-¿Cómo está la seguridad?
-La seguridad de la provincia de Buenos Aires es un tema importantísimo para el Gobierno, que abordamos con mucha responsabilidad y compromiso. Cuando asumimos, las cámaras de diputados y senadores declararon a la Provincia en emergencia de seguridad, y por eso estamos haciendo todos los cambios, con capacitación, con equipamiento, para bajar los resultados estadísticos.
-¿Está conforme en el trabajo hecho hasta ahora?
-Muy conforme. Si usted me pregunta qué falta, es tiempo; pero trabajamos muchísimo y se ven los cambios todos los días.
-¿Y por qué hay una percepción social, marcada en las encuestas, de que después de la economía el problema más importante que percibe la gente es la seguridad?
-Porque es lo que pasa. Una provincia que tiene tres homicidios por día y casi 200.000 hechos delictivos en el año es una provincia donde la seguridad importa. Y, aparte, un problema estructural de fondo que hay que resolver. Por primera vez hay un Gobierno que toma los problemas y los resuelve de manera estructural, no haciendo parches todos los días.
-¿Y cuál sería la deuda más importante?
-La articulación con todos aquellos sectores que tienen una profunda responsabilidad de generar políticas de inclusión. Nosotros podemos tener toda la policía entrenada, capacitada, equipada, pero si la Justicia no acompaña, si no hay política de inclusión, si a los jóvenes les da lo mismo delinquir que trabajar, estamos en un problema que no vamos a solucionar nunca. Por eso la seguridad se construye no solamente con la policía, sino con múltiples actores que necesitan, por sobre todas las cosas, comprometerse en situaciones de seguridad.
-¿Incluye a las organizaciones sociales?
-Todo incluye. Por eso dije que es un concepto dinámico. El concepto de seguridad comienza desde chiquito con la formación en la casa, con lo que significa la autoridad, la educación. Son múltiples los factores que intervienen a la hora de concretar políticas públicas de seguridad.
“Hay una militancia por no acatar el sentido de autoridad”
-¿Por qué cree que la autoridad está tan devaluada en la sociedad argentina?
-La violencia y la degradación del concepto de autoridad son dos factores que vemos que se vienen degradando permanentemente, y uno es tan importante como el otro. Me parece que, además, hay una militancia por no acatar el sentido de autoridad de todas aquellas instituciones que tienen esa función dentro de la sociedad.
-Reconoció que recibe entre cuatro y cinco denuncias por día sobre corrupción policial. ¿Qué se hace al respecto?
-Ni bien se recibe una denuncia, y después constatamos que eso es verdadero, se le da participación a Asuntos Internos, que lleva adelante toda la parte jurídica tendiente a sancionar, apartar o exonerar a esos funcionarios.
-¿Se apartó a muchos policías?
-Sí, sí. Y por sobre todas las cosas, con justa causa. Estamos permanentemente gestionando con Asuntos Internos para apartar, exonerar o sacar de la fuerza a aquellos hombres y mujeres que violan la ley.
-Alguna vez a la Bonaerense se la tildó de maldita policía y después algún Gobernador dijo que era la mejor policía del mundo. ¿Usted como la catalogaría?
-No es la mejor policía del mundo, lejos. Creo que la Policía Bonaerense tenía el sistema de inteligencia criminal más confiable del mundo, o, por lo menos, entre los más confiables, hace 20 años, porque tenía un despliegue territorial muy grande. En la medida que abandonó ese despliegue fue perdiendo su capacidad de inteligencia criminal, que es fundamental a la hora de la investigación. Que esa inteligencia criminal a veces estaba totalmente desvirtuada y no era utilizada en beneficio de la seguridad sino en beneficio de algunos integrantes de la fuerza es otra cosa, pero tenía una excelente investigación. Se degradó, como se degradó todo. La aparición del narcotráfico vino a potenciar todos los fenómenos de corrupción, no solamente en la policía, donde hizo mucho daño. Creo que todas las policías del mundo están atravesando una crisis que tiene que ver con la profundización del flagelo del narcotráfico.
“Cuando hay que poner la cara, los intendentes desaparecen”
-Algunos intendentes del PRO quieren hacerse cargo de la policía en sus distritos. ¿Cómo ve usted eso?
-Muy bien, muy bien.
-¿Y cómo debería ser el sistema?
-Habría que preguntárselo a los intendentes, pero yo soy de aquellos que creen en la Policía Local. No en esta policía, que fue reclutada a los golpes. Para aportar hay mucho, lo importante es que asuman la responsabilidad, que de hecho la tienen, porque todos los intendentes reclaman lo que ya tienen. Son los intendentes los que tienen la responsabilidad, por ley, de hacer su plan de seguridad, de coordinar con la policía. Lo que pasa es que cuando hay que poner la cara, siempre desaparecen.
-¿Y cuál es la diferencia, entonces, por qué piden el manejo total de la policía?
-Bueno, por eso me parece muy bien que se hagan cargo de la seguridad, que se hagan cargo de lo que firmaron. Cuando armaron la Policía Local era un buen camino, pero para eso hay que estar, trabajar, responsabilizarse, comprometerse.
-Pero siempre con las dos policías en funcionamiento.
-Sí, con tres: local, provincial y nacional.
“Hay una decisión del Gobierno de no colaborar con la Provincia”
-¿Las fuerzas nacionales colaboran como usted desea?
-No, no están. ¿Usted las vio? Yo tampoco.
-¿Y quién es el responsable?
-El Gobierno nacional.
-¿Y se las ha pedido?
-No solamente se lo hemos pedido, sino que cuando dijeron que no lo habíamos pedido por nota hemos enviado la nota.
-Mejor no le pregunto por su relación con Aníbal Fernández.
-Está perfecta. Esto no es una cuestión de relaciones personales, es una decisión del Presidente de colaborar o no con la provincia de Buenos Aires.
-O sea que no responsabiliza al ministro sino directamente al Presidente.
-Evidentemente hay una decisión del Gobierno nacional de no colaborar con el Gobierno en la provincia de Buenos Aires. Algo que pasó también en Rosario. Usted va a hablar con cualquier autoridad o con quien sea de la provincia de Santa Fe y le dice: “Todo muy lindo, pero acá no pasa nada”. Es inentendible por qué el Presidente ha decidido no colaborar con la Provincia en materia de seguridad.
-¿Qué es lo que se necesita de las fuerzas nacionales?
-Por sobre todas las cosas, trabajar coordinadamente.
“Tenemos 100.000 policías y necesitaríamos 200.000 más”
-¿Cuántos efectivos hacen falta hoy en la Provincia?
-Para tener lo que se necesita, por parámetros internacionales, dos veces más policías. Eso no significa que el delito sea policiadependiente, porque la fuerza es un componente importante de la seguridad, pero por más que tenga el doble, triple o el cuádruple de gente, si no se hace un abordaje integral del delito, de su etiología y de su génesis, no se soluciona el problema. Tenemos 100.000 efectivos y necesitaríamos 200.000 más. Tenemos un territorio 1.700 veces más grande que la Capital Federal. Tampoco 200.000 policías más garantiza que tengamos delito cero.
-¿Qué pasó con esa idea de convocar a civiles para manejar los patrulleros?
-Eso está funcionando. Ya se hicieron las primeras incorporaciones. Incorporar civiles es la metodología de reclutamiento de todas las fuerzas de seguridad; después, una vez que ingresaron y aprobaron el curso, tienen estado policial. De acuerdo a la especialidad con la que cada uno ingresa a la policía puede o no tener armas.
-¿No es un riesgo poner una persona en un patrullero sin un arma?
-Ser policía es un riesgo. Y el arma es un instrumento que utilizan aquellos que están preparados para la tarea de seguridad ciudadana, por eso con el patrullero va un hombre de seguridad ciudadana, no solamente el hombre que patrulla. Igualmente, en la gran mayoría del mundo los patrulleros van con una sola persona. Fuente: latecla.info
Fuentes:
LaMovidaPlatense.com.ar, VisionPolitica.info, NoticiasEnsenada.info, CriticaArgentina.com.ar, PrimeraPagina.info