La consultora PxQ, que dirige el ex viceministro de Economía Emmanuel Álvarez Agis, trazó tres escenarios probables para la economía del año próximo ante la llegada de la época electoral y analizó así qué variantes y margen de maniobra tendrá la conducción del equipo económico para maniobrar, en un contexto de variables macro en tensión como la inflación, la brecha y los salarios, y en el marco del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
Hay, marca Álvarez Agis, contraindicaciones para una estrategia de esta naturaleza. “En una hipótesis de reservas netas en la zona de USD 6.000 millones para fin de año, el Gobierno podría utilizar el dólar-soja de cara a la liquidación de la cosecha de marzo-agosto con el objetivo de generar el espacio externo necesario para el estímulo electoral. Sin embargo, si tal situación no tiene lugar con un cambio sustantivo en la dinámica de la brecha y su relación con los precios internos, la aceleración del dólar paralelo y de la inflación doméstica podría ser el peor combo de cara a la elección”, alertó.
La variante a la que PxQ le da mayor probabilidad es la que denomina “Ganar”, que requeriría por parte del Poder Ejecutivo la puesta en marcha de un “plan de estabilización”. “A solo 2 meses de su designación como ministro de economía, Sergio Massa generó importantes cambios, tanto en lo económico como en lo político, que comenzaron a generar conflictos en la oposición. Si bien desde el punto de vista económico, las chances del oficialismo de reelegir en 2023 lucen como lejanas, lo cierto es que el cambio en el eje político-económico dentro del FdT con el paso de Massa al ejecutivo aumentó la probabilidad de reelección”, consideró la consultora.
“¿En qué podría consistir ‘Ganar’?”, se preguntó PxQ. “La razón detrás del estancamiento del salario real privado es que una inflación de 100% anual no equivale a una inflación del 25% multiplicada por 4, sino que existen diferencias cualitativas que implican que a esta velocidad de aumento de precios, la paritaria no es una herramienta efectiva para incrementar el poder adquisitivo del salario”, analizó el informe.
“‘Ganar’ bien ejecutado maximiza las chances electorales del FdT porque significaría atacar uno de los principales reclamos de la sociedad, la inflación”
“En un escenario donde el salario corre trimestralmente atrás de la inflación y el aumento de precios se encuentra el tope de los reclamos de la sociedad en lo que respecta a los reclamos económicos, para subir el salario real no hay que subir el salario nominal, sino bajar la inflación”, añadió. “Fácil escribirlo ¿imposible de hacerlo? El problema es que bajo los lineamientos del programa actual con el FMI la inflación no va a bajar, sino más bien lo contrario”, advirtió no obstante.
La conclusión a la que arribó la consultora es que “para bajar la inflación es necesario un programa de estabilización que no solo sirva para alinear la política fiscal, la monetaria y la cambiaria con el objetivo de desinflación (cualquiera que sea), sino que además se debe poner freno a la dinámica indexatoria que convierte cualquier accidente nominal en un nuevo piso inflacionario. Ahora bien, la experiencia argentina muestra que los planes de estabilización fallidos desencadenaron crisis más profundas (como el Plan Austral y el Plan Primavera) y que solo en pocos casos se logró un resultado exitoso”.
“‘Ganar’ bien ejecutado maximiza las chances electorales del FdT porque significaría atacar uno de los principales reclamos de la sociedad, la inflación. El riesgo de este escenario es que el plan de estabilización fracase antes de las elecciones y la crisis entierre al FdT”, completó.