El presidente argentino Javier Milei llegó esta mañana al Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro para participar en la Cumbre de Jefes de Estado del G20. A su llegada, fue recibido por el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, con quien compartió un breve y protocolar saludo. La escasa cordialidad entre ambos mandatarios refleja el distanciamiento político entre Argentina y Brasil.
La relación entre Milei y Lula se ha visto afectada por las tensas declaraciones previas del presidente argentino. Durante la campaña electoral, Milei calificó a Lula de "corrupto" y "comunista", lo que deterioró las relaciones bilaterales. Lula, por su parte, ha solicitado disculpas públicas por estos comentarios, sin recibir una respuesta de Milei.
Este es el primer encuentro cara a cara entre Milei y Lula, ya que el presidente argentino no había viajado a Brasil hasta ahora. Aunque ha realizado varias visitas a Estados Unidos, no ha tenido encuentros formales con el presidente Joe Biden. En su llegada al evento, Milei estuvo acompañado de su hermana Karina, quien también participó en la foto institucional junto a Lula y su esposa, Janja.
El distanciamiento ideológico y las críticas mutuas han marcado el inicio de la relación bilateral. Mientras Lula afirmó que Milei debía disculparse por sus comentarios, el presidente argentino reafirmó su postura, defendiendo sus declaraciones como "verdaderas". Esta situación subraya las tensiones dentro del Mercosur, especialmente entre los dos países más influyentes del bloque.
Poco antes del encuentro con Milei, Lula recibió al presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden, en un ambiente más distendido. Ambos intercambiaron sonrisas y comentarios sobre el mapa de Río de Janeiro que decoraba la cumbre. La cordialidad de este saludo resalta la diferencia de trato entre los mandatarios en el marco de la reunión internacional.
Aunque la reunión entre Milei y Lula fue breve y protocolar, resalta las dificultades en la diplomacia regional. Las diferencias ideológicas y los comentarios previos continúan siendo una barrera en las relaciones entre Argentina y Brasil. A medida que el G20 avanza, se espera que los mandatarios encuentren puntos de contacto o sigan profundizando sus divergencias.
