Corea del Norte lanzó con éxito su primer satélite espía el pasado martes, un hito que le otorga una capacidad de vigilancia inédita en la región. Según el Servicio Nacional de Inteligencia de Corea del Sur, Rusia asesoró a Corea del Norte en el lanzamiento del satélite, que fue propulsado por un cohete portador Chollima-1.
El lanzamiento se produjo después de que el cohete fallara en dos ocasiones anteriores, en mayo y agosto de este año. Se cree que Rusia proporcionó a Corea del Norte planos y datos sobre el cohete, así como asistencia técnica.
El satélite espía de Corea del Norte es capaz de tomar imágenes de alta resolución de la región, lo que le permitirá a Pyongyang monitorear los movimientos de tropas y otros objetivos militares.
El lanzamiento del satélite es un nuevo signo de la cooperación entre Corea del Norte y Rusia, que se han acercado en los últimos meses. El líder norcoreano, Kim Jong-un, ha anunciado que su país planea lanzar más satélites espía en el futuro.