

En un gesto inusual en medio de una relación tensa, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, recibió este jueves en Casa Rosada al dirigente sindical Héctor Daer, uno de los líderes de la CGT, para discutir un conflicto puntual que afecta al Hospital Naval. Aunque oficialmente el encuentro giró en torno a reclamos gremiales por salarios y condiciones laborales, la reunión tuvo lugar en el contexto de una fuerte polémica por el nuevo Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que limita el derecho a huelga en sectores considerados “esenciales”.
Daer, secretario general de Sanidad, solicitó el encuentro con urgencia ante la amenaza de despidos y el posible cierre de la fundación que administra el Hospital Naval. Participó también el ministro de Defensa, Luis Petri, cuya cartera tiene injerencia directa en el establecimiento.
"Vine a hablar de otra cosa", sostuvo Daer al salir del encuentro, aunque dejó en claro su descontento con el DNU que el Gobierno planea oficializar el próximo lunes. “Están repitiendo lo mismo que ya fue rechazado por la Justicia: cercenar el derecho a huelga con otra terminología”, expresó, en referencia al decreto 70/23 que había sido judicialmente impugnado.
La CGT, que ya anticipó su rechazo al nuevo decreto, prepara un comunicado para presentar ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y, según confirmaron desde su entorno, presentará un nuevo amparo judicial la próxima semana. Buscan frenar una norma que, afirman, “criminaliza la protesta” al ampliar el listado de servicios esenciales, lo que impediría llevar adelante medidas gremiales en sectores clave.
En el caso del Hospital Naval, están en juego 500 puestos de trabajo, además del funcionamiento mismo del centro médico. ATE también participa del conflicto y sostiene, al igual que Sanidad, que existe un intento de vaciamiento. Daer aseguró que hubo “principios de acuerdo” durante la charla, pero admitió que no se lograron definiciones concretas.
El Gobierno, por ahora, intenta mantener la iniciativa política en materia laboral mientras avanza con un esquema de reformas que enfrenta una creciente resistencia sindical. El encuentro con Daer —el primero de Francos con un dirigente de la CGT desde que asumió— podría ser el inicio de un canal de diálogo, aunque el contexto no augura una tregua duradera.