La política migratoria de Joe Biden está en tela de juicio a medida que la crisis en la frontera sur de Estados Unidos se profundiza. La relajación en la aplicación de las políticas migratorias y la eliminación del Título 42, que se estableció durante la pandemia de Covid-19, han llevado a un aumento constante en el número de migrantes sin destino claro, muchos de los cuales se han convertido en personas sin hogar en Estados Unidos, poniendo en peligro a varias ciudades, incluida Nueva York.
El alcalde demócrata de Nueva York, Eric Adams, ha expresado su preocupación por el colapso del sistema y el deterioro de la ciudad debido a la llegada de aproximadamente 10,000 inmigrantes al mes.
?? | Frontera de El Paso, Texas . pic.twitter.com/QrORKoSDuZ
— Alerta Mundial (@AlertaMundial2) October 4, 2023
Las ciudades fronterizas de Estados Unidos, como El Paso, Brownsville y Laredo, están experimentando una emergencia migratoria a medida que miles de personas huyen de sus países para cruzar la frontera de más de 3,100 kilómetros que separa a Estados Unidos de México.
En El Paso, Texas, se encuentra el paso fronterizo más transitado a lo largo de esta extensa frontera, con alrededor de 8,000 migrantes cruzándolo y solicitando asilo político diariamente.
A pesar de los esfuerzos suaves y progresivos de Joe Biden, como la creación de centros de acogida en Colombia y Guatemala, destinados a alentar a los migrantes a solicitar refugio en Estados Unidos u otros países sin tener que cruzar la frontera, parece que estas medidas no han tenido éxito.
Incluso un polémico video de la Embajada de Estados Unidos en México protagonizado por el querido personaje de "El Chavo del Ocho", Quico, no ha logrado concienciar a los migrantes sobre los peligros de cruzar la frontera de manera irregular y promover una migración legal.
Además, según el Wall Street Journal, la administración de Biden ha decidido reanudar la construcción del muro fronterizo en el Valle del Río Grande, Texas, un giro radical en la agenda demócrata que contradice sus promesas de campaña. Esta medida refleja la creciente desesperación de Biden por frenar los cruces fronterizos ilegales, que han superado los dos millones en cada uno de los últimos dos años.
La construcción del muro será financiada con $1,375 millones asignados por el Congreso en 2019 y representa un reconocimiento por parte de la administración Biden de que las fronteras no son seguras y de que la cancelación de la construcción del muro en su primer día en el cargo fue un error, según críticos de la administración.