VISIÓN POLÍTICA

Las autoridades rusas y libias están llevando a cabo conversaciones sobre la posible creación de una base militar rusa en Libia, según informa Bloomberg. Estas conversaciones se están produciendo en un momento en que Libia está lidiando con las secuelas de graves inundaciones y busca restablecer sus vínculos comerciales con empresas extranjeras.

Desde que la OTAN derrocó a Muamar el Gadafi, Libia ha estado dividida en dos gobiernos que operan en el este y el oeste del país, conviviendo con numerosas milicias armadas en un estado que se asemeja a un sistema feudal, donde la autoridad no es reconocida por nadie.

El gobierno reconocido internacionalmente opera en el oeste, bajo el liderazgo de Abdul Hamid Dbeibah, mientras que en el este, Khalifa Haftar cuenta con el respaldo de Rusia y Egipto.

Aunque estos desarrollos plantean preocupaciones sobre la influencia de Rusia en la región y la geopolítica del Mediterráneo, se ha anunciado que empresas extranjeras, como la petrolera austriaca OMV, están retomando sus operaciones en Libia. Esto sugiere que a pesar de las divisiones políticas, Libia busca normalizar sus relaciones comerciales y atraer inversión extranjera.

La noticia sobre la posible base militar rusa en Libia ha llamado la atención de la comunidad internacional. La expansión de la influencia rusa en el Mediterráneo es vista con seriedad por algunas naciones, y se plantean preocupaciones sobre el impacto que esto podría tener en la estabilidad de la región y las relaciones internacionales.

Este nuevo desarrollo en Libia es un recordatorio de la compleja situación geopolítica en curso en la región y cómo las potencias extranjeras buscan obtener una ventaja estratégica en un escenario en constante cambio.