El panorama político en Córdoba de cara a 2025 comienza a definirse con movimientos estratégicos clave. Myrian Prunotto, actual vicegobernadora, ha dejado claro que no busca formar parte de la lista del oficialismo para la Cámara de Diputados. Su intención es cumplir con su mandato y consolidar su perfil ejecutivo, con miras a futuras aspiraciones como la gobernación de Córdoba o, tal vez, la intendencia de la capital provincial.
Existen factores importantes detrás de esta decisión. No es lo mismo liderar una campaña con una figura prominente y reconocida como Prunotto, que hacerlo con otros miembros del gabinete provincial, quienes aunque tienen experiencia política, carecen de su nivel de reconocimiento.
Prunotto, exintendenta de Estación Juárez Celman, mantiene una postura conciliadora y podría aceptar roles secundarios en la boleta para apoyar la campaña, aunque la decisión final no depende completamente de ella. Tal como Martín Llaryora fue obligado a asumir la intendencia de Córdoba en 2019, Prunotto enfrenta un sistema de escasa autonomía bajo el mando de Juan Schiaretti, conocido por su estilo de liderazgo centralizado en el peronismo cordobés.
Mientras la situación se aclara, nuevos nombres surgen en la conversación política de Córdoba. Además de los habituales, como Manuel Calvo, ministro de Gobierno, y Miguel Siciliano, jefe de la bancada de Hacemos Unidos por Córdoba, ahora se incluye a Osvaldo Giordano, exministro de Finanzas de la provincia y figura respetada tanto local como nacionalmente. Giordano ha ganado notoriedad, especialmente por su investigación que expuso el escándalo de los seguros durante la presidencia de Alberto Fernández.
Aunque no se ha pronunciado al respecto, el círculo de confianza de Schiaretti y los seguidores de Llaryora consideran a Giordano como una opción viable. Su presencia en eventos importantes, como la cumbre del PRO organizada por la Fundación Pensar en Paraná, refuerza su perfil transversal y su influencia en la política cordobesa.
En este contexto, también suena el nombre de Sergio Busso, ministro de Agrobioindustria de Córdoba. Busso, cercano al sector agroindustrial y con fuertes lazos en el sur de la provincia, podría ser una figura clave en las estrategias del oficialismo. Fuentes cercanas aseguran que Schiaretti siempre ha visto en Busso a un candidato potencial, tanto a nivel provincial como nacional.
La estrategia del oficialismo cordobés también se verá influenciada por los movimientos del sector libertario. En este sentido, la figura de Diana Mondino, canciller del Estado, vuelve a aparecer en la política local. Tras ser objeto de críticas por parte de Karina Milei, Mondino ha demostrado su capacidad de mantenerse relevante, captando la atención mediática y asegurando respaldo económico para futuras campañas.
Mondino se ha relacionado estrechamente con figuras como Gabriel Bornoroni, jefe del bloque libertario en Córdoba, y su reciente participación en eventos junto a líderes locales del PRO y la UCR, como Laura Rodríguez Machado y Luis Picat, marca su regreso a la política cordobesa. Su perfil mediático y su habilidad para conectar con el público la hacen una figura atractiva para los libertarios, consolidando su lugar en el escenario político de Córdoba 2025.
La política en Córdoba se prepara para un ciclo electoral dinámico y competitivo, donde los movimientos estratégicos y las alianzas jugarán un papel crucial en la configuración del futuro político de la provincia.