Murió el Papa Francisco: por qué nunca volvió a la Argentina

Murió el Papa Francisco: Desde que fue elegido en 2013, la gran pregunta fue siempre la misma: ¿cuándo vuelve el Papa Francisco a la Argentina?

21-04-2025 - Por Visión Política

Desde que fue elegido en 2013, la gran pregunta fue siempre la misma: ¿cuándo vuelve el Papa Francisco a la Argentina? Ahora, con la noticia de su muerte, esa pregunta queda respondida de la manera más definitiva. Jorge Bergoglio, el Papa argentino que hizo historia en el Vaticano, falleció sin regresar a su país.

La decisión de no volver no fue casual. Tampoco fue solo por motivos de salud. Detrás hubo razones políticas, personales y estratégicas que él mismo meditó en silencio durante más de una década. Esta es la historia de por qué el primer Papa latinoamericano murió lejos de su tierra.

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La política como límite


Papa Francisco amaba a la Argentina. Extrañaba los sonidos, la gente, las calles de Buenos Aires. Pero también sabía que cada intento de regreso era utilizado políticamente. Y él no quería ser un trofeo para ningún gobierno argentino.

Con Cristina Fernández de Kirchner, la relación fue intensa y ambigua. Estuvo cerca de ella en momentos difíciles, pero nunca olvidó que Néstor Kirchner intentó bloquear su llegada al Vaticano. Por eso, desde el primer día, dejó claro que no volvería mientras ella estuviera en el poder.

Con Mauricio Macri, el vínculo fue distante. Lo recibió con frialdad en Roma, y no hubo gestos de cercanía. Francisco cuestionaba su modelo económico y su forma de gobernar.

Con Alberto Fernández hubo expectativa. Se conocían bien, compartían diálogo fluido. Pero todo cambió cuando el presidente impulsó la ley de aborto. Francisco lo sintió como una traición personal. A partir de ahí, se cerraron las puertas.


El gesto final con Milei


Javier Milei lo había criticado duramente en campaña. Sin embargo, al asumir la presidencia, buscó recomponer la relación. Francisco lo recibió en el Vaticano con un gesto de cordialidad, incluso rompiendo el protocolo. Fue una reunión sincera, aunque breve. Pero para ese entonces, el Papa ya sabía que no iba a volver.

Su salud era frágil, pero su decisión venía de antes. No quería que su figura se use en la política doméstica. No quería interferir ni generar divisiones. Y ya había asumido que su despedida sería en Roma, no en su país.


El adiós de un Papa que eligió el silencio


Francisco dejó huella en el mundo. En la Iglesia, en los pobres, en las ideas. Pero en la Argentina, su figura siempre fue más discutida que comprendida. Murió como vivió su papado: con convicciones firmes, sin ceder ante las presiones.

 

Hoy, miles de argentinos lo despiden desde la distancia. Y muchos se preguntan cómo habría sido ese último abrazo en suelo argentino. Pero él ya había dado su respuesta. Y fue definitiva.