¿Qué divide a los gobernadores y al conurbano bonaerense en el debate por las retenciones? Esa es la pregunta que resuena tras los recientes cruces entre los mandatarios de Santa Fe y Córdoba y el gobierno de Javier Milei, sumado a la respuesta contundente del PJ Bonaerense, liderado por Máximo Kirchner.
Con fuertes críticas al esquema de retenciones, los gobernadores Maximiliano Pullaro y Martín Llaryora exigieron medidas inmediatas al Ejecutivo Nacional para aliviar la carga fiscal sobre el sector agropecuario. Desde el conurbano, sin embargo, las reacciones no se hicieron esperar, marcando un contrapunto clave en este año electoral.
En declaraciones públicas, Maximiliano Pullaro expresó su frustración: “El campo no puede seguir subsidiando al conurbano bonaerense, un sector que genera un costo enorme para la Argentina”. El santafesino argumentó que su provincia aporta entre 4 y 5 mil millones de dólares anuales en retenciones que, de quedar en manos locales, potenciarían la reinversión económica.
Por su parte, Martín Llaryora reforzó la postura desde Córdoba. “El campo necesita una reducción de las retenciones de manera urgente. Nuestros productores han sido pilares del crecimiento argentino, y es tiempo de devolverles los recursos que generan”, afirmó en sus redes sociales.
Ambos mandatarios destacaron que el esquema actual, con alícuotas que alcanzan el 33% para la soja y el 12% para el trigo y el maíz, es insostenible y sofoca el desarrollo de sus economías regionales.
Las declaraciones de Pullaro desataron la inmediata reacción del Partido Justicialista Bonaerense, que calificó de “demagógicas” sus afirmaciones. “El conurbano bonaerense aporta más del 50% de la industria manufacturera argentina, con 13 millones de habitantes que son el motor de la economía nacional”, respondió el PJ en un comunicado.
El texto, firmado por Máximo Kirchner, también recordó que la provincia de Buenos Aires ha contribuido a reforzar la seguridad en Rosario, enviando patrulleros y recursos, en un gesto de solidaridad federal. “Si aplicáramos la lógica de Pullaro, podríamos preguntarnos por qué los impuestos bonaerenses deberían destinarse a problemas de seguridad en Santa Fe”, agregaron.
Mientras tanto, Javier Milei reiteró su intención de reducir las retenciones al agro, aunque sin plazos concretos. “Tengo en la mira las retenciones y el impuesto a los débitos y créditos bancarios”, aseguró, dejando entrever que los cambios podrían demorarse más de lo esperado.
El contexto para el campo es complicado: los precios internacionales de la soja cayeron más de USD 73 por tonelada en los últimos ocho meses, mientras que la apreciación del tipo de cambio reduce aún más la competitividad. Según datos de la Bolsa de Cereales de Córdoba, en 21 años, las retenciones generaron más de USD 150.000 millones en recaudación. Sin embargo, para los productores, estos recursos no retornan en inversión productiva.
¿Será posible una solución que satisfaga tanto a las provincias agroexportadoras como al conurbano? El reclamo a Milei por parte de Pullaro y Llaryora, junto a la respuesta firme del PJ bonaerense, deja en claro que el debate sobre las retenciones está lejos de cerrarse. Mientras tanto, el sector agropecuario sigue esperando medidas concretas que alivien su carga fiscal y reactiven sus economías.
