El 2023 quedará en la memoria como un año cargado de conflictos y desafíos internos para el peronismo. Desde rupturas en las cámaras legislativas hasta tensiones entre líderes clave, el panorama fue complejo y dejó más preguntas que respuestas. ¿Cómo se reordenará el peronismo frente a un año electoral crucial?
El inicio del año marcó una fuerte ruptura en el bloque de diputados peronistas con la separación de tres representantes tucumanos, liderados por Osvaldo Jaldo, quienes formaron el bloque Independencia. Pese a los rumores sobre más divisiones, especialmente desde Catamarca, el bloque de Unión por la Patria cerró el año con 99 integrantes, aunque en medio de una evidente tensión.
La candidatura presidencial de Cristina Kirchner y la influencia del gobernador riojano Ricardo Quintela generaron debates internos que dejaron expuesto el dilema entre los sectores “dogmáticos” y “pragmáticos” del partido. A pesar de las disputas, la bancada evitó romperse, pero la unidad sigue siendo un desafío pendiente para el 2024.
En el Senado, el interbloque Unión por la Patria se destacó por su habilidad para mantener cierta cohesión en momentos clave. Una de las movidas más llamativas del año fue la expulsión de Edgardo Kueider, un senador que generaba incomodidades dentro del oficialismo. Este movimiento permitió el ingreso de Stefania Cora, representante de La Cámpora, quien refuerza la línea dura del peronismo en la Cámara Alta.
Sin embargo, no todo fue armonía. La votación de la Ley Bases evidenció las diferencias internas, con algunos sectores alineándose con el Gobierno en una postura más conciliadora. Estas divisiones, aunque soterradas, dejan entrever los desafíos que enfrentará el Senado en 2024, especialmente en debates críticos como las reformas electorales.
En el centro de la escena política, pero con un perfil bajo, estuvo Sergio Massa, quien dividió su tiempo entre la candidatura presidencial y su rol como ministro de Economía. A pesar de su bajo perfil público, Massa mantuvo encuentros estratégicos, incluyendo una cena con diputados nacionales de distintos puntos del país. Según trascendió, el foco de estas reuniones fue trabajar en la unidad del peronismo y reforzar el liderazgo en un momento de incertidumbre.
Massa busca posicionarse como un conciliador, ajeno a las disputas internas entre Cristina Kirchner y Axel Kicillof, un perfil que podría ser clave para reordenar al PJ en los próximos meses.
El primer gran desafío del peronismo en 2024 será la discusión sobre las reformas electorales, específicamente la continuidad de las PASO. Mientras algunos gobernadores apuestan por eliminarlas, argumentando que generan fragmentación, otros sectores consideran que son fundamentales para ordenar un partido debilitado. Este debate será una prueba de fuego para medir la capacidad de Unión por la Patria de alcanzar consensos internos.
Con un 2024 cargado de desafíos, la gran incógnita es quién logrará ordenar al peronismo. La comparación con 2016, el primer año de Mauricio Macri, resuena en las mesas de análisis político. Sin un liderazgo claro y con sectores internos cada vez más distanciados, el riesgo de una nueva fragmentación es alto.
El tiempo dirá si el peronismo logra superar las múltiples internas y encontrar una estrategia común que lo mantenga relevante en el complejo escenario político argentino.