La cumbre de ministros y banqueros centrales del G20 en San Pablo concluyó con la preocupación sobre la desigualdad económica y los riesgos de los conflictos armados internacionales. Para Argentina, el evento fue una oportunidad para presentar su plan económico y buscar apoyo político y financiero.
Los funcionarios argentinos se dedicaron a defender los avances del plan económico del gobierno y a escuchar las inquietudes de la comunidad financiera internacional. Sin embargo, la viabilidad política del programa económico fue cuestionada repetidamente durante las discusiones.
Aunque algunos países europeos mostraron receptividad hacia el plan económico argentino, otros, como Alemania, expresaron preocupaciones. La situación política interna, con un Congreso en minoría y conflictos con gobernadores provinciales, genera incertidumbre sobre la continuidad y viabilidad del programa.
El gobierno argentino busca aliados tanto dentro como fuera del país para respaldar su agenda económica. Entre los objetivos se encuentra ingresar a la OCDE y negociar un nuevo programa con el Fondo Monetario Internacional para obtener apoyo financiero y estabilizar la economía.