En la zona de exclusión de Chernobyl, donde la radiación aún reina, una población de lobos grises ha desarrollado sorprendentes adaptaciones para sobrevivir. Tras décadas de exposición, estos lobos mutantes podrían ser la llave para encontrar nuevas curas contra el cáncer.
Un equipo de científicos de la Universidad de Princeton, liderado por Shane Campbell-Staton y Cara Love, ha estado investigando a estos lobos. Los collares de radio y las muestras de sangre revelaron que los animales están expuestos a niveles de radiación seis veces superiores a lo seguro para humanos. Sin embargo, no solo sobreviven, sino que prosperan.
Lo más intrigante es que los lobos de Chernobyl tienen sistemas inmunológicos similares a los de pacientes con cáncer en tratamiento. Pero en su ADN, se esconden mutaciones que parecen protegerlos del desarrollo de la enfermedad.
El estudio, aún en desarrollo, abre nuevas posibilidades en la lucha contra el cáncer. Los genes "mutantes" de los lobos podrían ser la base para nuevas terapias o incluso para la prevención de la enfermedad. Aunque aún hay mucho por descubrir, la investigación en Chernobyl ofrece un rayo de esperanza en la búsqueda de una cura definitiva para el cáncer.