El régimen de Irán ha informado sobre la detención de más de 260 personas en el primer aniversario de la muerte de Mahsa Amini, una joven kurdo-iraní asesinada por la policía en Teherán por no llevar el velo adecuado, desencadenando una ola de protestas en todo el país.
Las autoridades iraníes alegan que estas detenciones se basan en incumplimientos de la normativa sobre seguridad pública, incitación a protestas y posesión de armas durante un período de 24 horas.
El sábado, varias ciudades en la región septentrional de Irán, de mayoría kurda, se unieron a una huelga general convocada por organizaciones y partidos políticos kurdos en protesta por la muerte de Amini. Las fuerzas de seguridad realizaron un importante despliegue para contener las protestas, y se informa de más de una decena de detenidos, incluyendo mujeres activistas.
Las protestas incluyeron consignas como "muerte al dictador", en referencia al líder supremo de Irán, Ali Jameneí, y "vida, mujer, libertad", el lema de las protestas. Se reportó que en Teherán, dos mujeres sin velo se subieron a una plataforma mientras los vehículos pitaban en señal de apoyo.
Además, se informó sobre la muerte de un miembro de la Guardia Revolucionaria en la ciudad de Sardasht el viernes y de un miembro de la milicia progubernamental Basij en la provincia de Fars, en el sur del país, el sábado.
Estas protestas son las más significativas desde mayo, cuando se produjeron protestas por la ejecución de tres manifestantes acusados de delitos durante las revueltas, tras meses de calma en las calles de Irán. Las autoridades han intensificado la presencia policial en varias ciudades y han impuesto medidas para evitar las protestas, incluso en la ciudad natal de Amini, Saqez, donde se han impedido las ceremonias conmemorativas y se ha restringido la movilidad del padre de Mahsa Amini. Las detenciones y restricciones han generado preocupaciones sobre los derechos humanos en el país.