En Juntos por el Cambio ya comienzan a pensar en los nuevos esquemas de poder para 2023. La idea de fórmulas cruzadas con el radicalismo y una lista con más lugares para el PRO son parte de los equilibrios que analiza el larretismo para la Nación y los principales distritos.
En Parque Patricios ya saben que si Horacio Rodríguez Larreta logra ser el candidato opositor, no será fácil encabezar también las boletas en Ciudad y Provincia. La idea que el PRO vuelva a quedarse con la "Triple Corona" de las candidaturas no está descartada, pero lleva al máximo la tensión con los socios del radicalismo.
Las fórmulas cruzadas ganan terreno como garantía de la distribución de poder. En la Ciudad imaginan en caso de que Larreta encabece la boleta nacional, habrá un vice radical. Además del control de Senado, deberán negociar para que la UCR no se quede con la presidencia de Diputados.
También saben que no podrán repetir la fórmula de Macri en 2015: varios ministerios nacionales quedarán a cargo de funcionarios nombrados por el radicalismo, no por radicales que elija Larreta, como hizo Macri. Es una fórmula que Larreta ya ensayó en la Ciudad, con José Luis Giusti y con Inés Gorbea.
Pero en el macrismo no imaginan en ninguna hipótesis abandonar el distrito insignia del PRO. Hoy los candidatos más fuertes que se disputan la sucesión de Larreta son Jorge Macri por el PRO y Martín Lousteau por la UCR. El larretismo duro cada tanto saca a relucir el nombre del ministro de Salud, Fernán Quirós, pero hasta ahora ese globo de ensayo no fue acompañado por ninguna construcción política real.
Tanto Jorge Macri como Martín Lousteau son aliados de Larreta, no subordinados. Por eso, en el entorno del jefe de Gobierno ya empezaron a diseñar una estrategia para no perder incidencia en la política porteña.
El reaseguro central que plantean es quedarse con la vicejefatura de Gobierno y tener la mayor parte de los legisladores. Un esquema que curiosamente repite el experimento que hizo Cristina Kirchner a nivel nacional, sólo que esta vez lo imaginan con Larreta sentado en el sillón de Rivadavia.
"Es una locura pensar que vamos a entregar así nomás un distrito que gobernamos hace 15 años", explicó un hombre que sigue de cerca la interna macrista. En el círculo rojo del PRO rechazan la idea de entregar la Ciudad como parte de un acuerdo Larreta-Lousteau que despeje su camino a la Casa Rosada. Los principales dirigentes del PRO no están dispuestos a sacrificar las palancas de poder que mueven desde 2007.
Por eso buscan un reparto más equilibrado. Si el jefe de Gobierno es radical, el vicejefe debería ser del PRO. A esa cuenta deberán adicionarse ministerios para contener a la actual tropa oficialista.
Para eso, será indispensable el contrapeso el la Legislatura. Una de las ideas que circula en el PRO es ir con una candidatura unificada a Jefe de Gobierno y que las listas de legisladores se definan en una PASO. En el oficialismo confían en que el aparato porteño desequilibre la balanza a su favor.
En las pasadas elecciones legislativas, para frenar a Patricia Bullrich, Larreta loteó la boleta de diputados nacionales y porteños, algo que terminó beneficiando a la UCR y a la Coalición Cívica. Creen que es imposible un escenario similar en 2023.