La región de Israel y la Franja de Gaza enfrenta una escalada de violencia desde hace casi cuatro días, con el Ejército de Israel reportando ataques a 1707 objetivos de Hamás. Los bombardeos han dejado a Gaza sin electricidad, agua y suministros esenciales.
Se ha observado un aumento en el despliegue de fuerzas militares israelíes en la frontera, además de la movilización de 300.000 reservistas, aumentando la posibilidad de una ofensiva terrestre. El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, advirtió a los enemigos que lamentarán haber atacado a Israel y prometió resultados a pesar del tiempo necesario.
En respuesta, Hamás ha amenazado con asesinar a un rehén israelí por cada ataque aéreo sin previo aviso a civiles. La violencia ha cobrado la vida de al menos 900 personas en Israel, incluyendo una masacre en un festival de música, y cerca de 690 en Gaza. Las Naciones Unidas reportan más de 120.000 desplazados en Gaza.
El ejército israelí ha recuperado el control en la mayoría de las áreas tomadas por las milicias palestinas, pero advierte sobre la posible presencia de "terroristas" escondidos. Se aconseja a la población almacenar comida y agua en sus hogares en previsión de una prolongación del conflicto. La situación sigue siendo fluida y preocupante en la región.