Capacidades disuasivas: la Armada Argentina proyecta buques de desembarco de construcción nacional

30-09-2022 - Por Visión Política

Desde finales de los años 40, coincidiendo con una posguerra que dejaba un sinnúmero de buques disponibles, la Armada Argentina adquiría sus primeros buques de desembarco de tanques. Un total de 14 buques LST son adquiridos a los Estados Unidos, junto a Buques de Desembarco de Infantería (LCI – Landing Craft Infantry), Buques de Desembarco de Materiales (LSM – Landing Ship Medium). Otros LST fueron convertidos en buques taller, formaron parte de la columna vertebral de buques de la Armada Argentina que, por primera vez, disponía de buques específicos para la tarea de desembarco anfibio.

Los cambios en la doctrina naval implicaron nuevas maniobras de desembarco, dejando en evidencia la importancia de contar con buques con dique inundable que permitan desembarcar a una mayor distancia de la cabecera de playa, evitando ser fácil blanco del accionar enemigo.

Durante dos décadas, el conjunto de BDT, BDI y BDM surcaron las aguas del Mar Argentino, generando doctrina en lo propio del desembarco anfibio y la importancia de la Infantería de Marina como proyección de poder.

A finales de 1968, siendo evidente la necesidad de reemplazo de dichos buques, se decide la construcción de un BDT en el Astillero Rio Santiago (ARS), denominado ARA Cabo San Antonio (Q-42). Este buque, con una destacada trayectoria en su breve vida operativa, participó en la movilización de la flota de mar de la Armada Argentina en la disputa territorial con la Republica de Chile durante diciembre de 1978, y la Operación Rosario por la Recuperación de las Islas Malvinas en 1982, fue la última unidad diseñada para tareas de desembarco.

Con la baja del Buque de Desembarco Dique ARA Cándido de Lasala (Q-43) y la radiación del ARA Cabo San Antonio, la Armada Argentina deja de contar en su elenco con un buque de desembarco, recayendo la tarea en el transporte ARA Bahía San Blas (B-4) y el Destructor Hércules (ex D-1, actual B-52). Este buque fue modificado pasando de ser un Destructor Misilistico a Buque Transporte Rápido de Tropas. Entre los trabajos a los que fue sometido se enumera: una nueva plataforma para operar helicópteros, hangar con capacidad para albergar dos helicópteros Sea King, y el retiro del sistema de misiles antiaéreos Sea Dart, para albergar botes neumáticos tipo zodiac, y a los infantes de marina. Sin embargo, con la operatividad del ARA Hércules en dudas y el ARA Bahía San Blas como un medio no natural para oficiar de elemento de proyección de fuerza, la Armada Argentina busca desde hace años recuperar una capacidad perdida con un medio especifico para tal función, consigno el portal ZonaMilitar.

La Armada vuelve a apostar por astilleros argentinos

Recientemente, tal como ha informado Zona Militar, la Armada Argentina ha avanzado en su búsqueda de recuperar la capacidad de proyección de fuerzas con la idea de adquirir la ingeniería de un buque y fabricarlo en el país. Este buque anfibio, que reemplazará al ARA Hércules, se respalda en la evidente necesidad de contar con un medio de características especificas, llevando a demostrar interés por parte del astillero argentino Rio Santiago (ARS), e incluso Tandanor, para iniciar el proceso de firma de convenio que materialice las etapas iniciales del proyecto.

De conformidad con lo trascendido y según fuentes consultadas, uno de las opciones barajadas se enfoca en determinadas características: el buque tendrá unos 100 metros de eslora, 16 metros de manga y de puntal 7,75 metros, velocidad 16 nudos y una autonomía de 4000 millas náuticas o bien 15 días de operación. Tras consultas a fuentes oficiales de ARS y del Ministerio de Defensa, días atrás se sostuvo que efectivamente el tipo de buque negociado corresponde al tipo LST 100 del astillero DAMEN. Estas negociaciones se vienen realizando desde al menos el año pasado y brindan buenos augurios por la capacidad que tiene este tipo de embarcaciones, que ya se encuentra operando con la Armada de Nigeria.

En operaciones con la armada africana, el NNS Kada ha demostrado el valor de una relativa pequeña embarcación para tareas de proyección de medios y capacidades. Durante la misión ECOWAS realizada a mitad de año y de estabilización de Guinea Bissau, el buque fue central para transportar el equipamiento de la fuerza Nigeria de y apoyar las políticas de mantenimiento de paz del país. La máxima autoridad naval nigeriana sostuvo que este país fue el único que se apoyó en este tipo de medios navales para transportar a todo su contingente dentro de la misión ECOWAS, llevando a un hito en su país.

Relacionado a esto mismo, y tras limitar seriamente su capacidad de despliegue de fuerzas con medios del tipo LST, la Argentina obtendría un excelente medio multipropósito tanto para el despliegue y transporte de unidades en el extenso litoral marítimo argentino, como para otras misiones subsidiarias; entre misiones de paz y acciones de apoyo a la comunidad.

Sin embargo, y como se le ha mencionado a este medio, la propuesta del astillero de los Países Bajos Damen con su buque LST compite con otra propuesta. Esta vez de la conjunción de SIMA y Daewoo, el buque tipo LPD de la clase Makassar. Claramente, el LST es un sistema menor y con otro tipo de funcionalidades a las de un LPD (Landing platform dock, por sus siglas en ingles). Este último siendo es un buque de mayor desplazamiento y capacidades para realizar misiones de proyección de fuerzas anfibias hacia las costas, operaciones de helitransporte, carga de suministros, buque hospital, de apoyo, entre otras mas. Esto implica que, actualmente, se estén analizando propuestas por medios distintos, capacidades distintas y lógicamente precios distintos.

La clase Makassar ya opera en la región con la Marina de Guerra del Perú. Actualmente este país cuenta con el BAP Pisco y tiene botado al BAP Paita. Este tipo de buques desplazan unas 12 mil toneladas a plena carga, con la posibilidad de portar en sus 122 metros de eslora unos 13 vehículos y hangarar a 2 helicópteros u operar con 3. Tiene una autonomía de unos 45 días, pudiendo transportar a unos 400 soldados. Lógicamente un buque con mayores dimensiones y capacidades que la propuesta por LST evaluada.

La Armada Argentina busca recuperar capacidades con la incorporación de  patrulleros oceánicos

Sin embargo, la propuesta por el LST no solapa la necesidad del LPD, ni a la inversa. La Armada Argentina continua buscando un medio de despliegue principal, en similar línea a lo que otros países han consolidado en los últimos años, como Chile, Perú y Brasil, mientras que también reconoce la necesidad de fortalecer sus capacidades de desembarco anfibio con medios del tipo LPD.

Pese a las intenciones difundidas en medios de comunicación, todavía no existe una definición certera sobre el camino que tomará el Ministerio de Defensa de la República Argentina en materia de recomponer el poder de proyección y de desembarco de la Armada Argentina. Lo cierto es que, luego de muchos años de una capacidad ya perdida, la institución naval debe contar con un respaldo de medios similares a por lo menos los que vienen incorporándose en la región.