En cumplimiento de una fecha límite establecida por las autoridades parisinas, los patinetes eléctricos han sido retirados de las calles de París a partir del 1 de septiembre. Esta medida sigue a un referéndum realizado en abril, en el cual los ciudadanos de París votaron a favor de la prohibición de estos vehículos de dos ruedas.
Las quejas de los residentes sobre la peligrosa circulación de los patinetes entre los peatones y los incidentes ocasionados han llevado a la toma de esta decisión. A medida que las empresas se apresuran a retirar sus aproximadamente 5000 patinetes, solo las bicicletas de autoservicio quedarán en las calles de la ciudad. La operación de retirada, que se lleva a cabo principalmente durante las horas nocturnas, implica la eliminación de entre 400 y 500 patinetes por día, con el esfuerzo coordinado de seis o siete personas.
Este movimiento hace de París la primera ciudad europea en adoptar una medida de este calibre contra los patinetes eléctricos. Mientras las empresas de scooters anuncian su intención de desplegar sus productos en otros lugares, solo un 8% de los parisinos participaron en el referéndum que respaldó la prohibición.