¿Por qué a Patricia Bullrich no la dejan meter a nadie en la Provincia de Buenos Aires? Esa es la pregunta que muchos en el mundo político se hacen mientras crecen las tensiones dentro del oficialismo libertario. El ruido es cada vez más fuerte, y el nombre de Karina Milei aparece siempre en el centro de la escena.
El conflicto se puso picante. A Bullrich le cuesta conseguir lugares en las listas bonaerenses. Quiso ubicar a dirigentes de su riñón como el ex senador Pablo Walter, pero desde el entorno de Sebastián Pareja, el armador libertario en la Provincia de Buenos Aires, le bajaron el pulgar. ¿La razón? Quieren listas "puras", sin mezcla PRO.
La pelea con Karina Milei no es nueva, pero ahora escaló. La Secretaria General de la Presidencia no le suelta espacios a nadie que le genere dudas o que mida bien en las encuestas. Y Bullrich, aunque es parte del Gobierno, parece no tener margen para negociar en el territorio bonaerense.
En paralelo, también hay internas dentro del propio PRO. El intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, le pidió a Bullrich que apoye a su pareja, la senadora Daniela Reich, para pelear una banca nacional. Pero la ministra, firme en su postura, solo promete defender el lugar de Gerry Milman, un dirigente muy golpeado desde que quedó vinculado a la causa del intento de asesinato contra Cristina Kirchner.
Las tensiones no se terminan ahí. Diputados como el santafesino Gabriel Chumpitaz ya se fueron del bloque de Cristian Ritondo, y muchos lo atribuyen a que Bullrich no pudo conseguirle un lugar como convencional constituyente tras la mala elección libertaria en Santa Fe.
El problema de fondo es que el espacio bullrichista perdió respaldo de Mauricio Macri, y su jefa política no logra imponer a los suyos en el nuevo esquema. Karina Milei, junto a Lule Menem, define las listas con un criterio cerrado: solo libertarios duros. Así se explica que figuras como Juan Pablo Arenaza apenas hayan conseguido ubicaciones intermedias en la Legislatura porteña.
Mientras tanto, en el Senado circula el rumor de que Bullrich quiso tentar a la santacruceña Natalia Gadano para que se pase al oficialismo, pero no hubo caso. Eso generó ruido con el gobernador Claudio Vidal, y desde Balcarce 50 le pidieron a la ministra que baje el perfil.
Bullrich hoy navega entre el desgaste interno y la resistencia externa. Tiene poco margen para meter fichas propias en la Provincia de Buenos Aires, pero no se baja. Aunque hay versiones de que podría ser candidata a senadora por CABA, cerca suyo dicen que prefiere seguir en el Ministerio de Seguridad.
La pregunta sigue abierta: ¿logrará Bullrich conservar poder real o terminará aislada en su propio espacio?