En medio de una creciente controversia que ha seguido a la celebración del triunfo de la selección española de fútbol en el Mundial Femenino, el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, ha anunciado que no presentará su dimisión, a pesar de las voces que piden su renuncia por un comportamiento considerado "inadmisible" por las autoridades políticas, deportivas y gran parte de la sociedad española.
Rubiales ha pedido disculpas sin reservas por lo que él mismo ha descrito como un incidente durante la euforia en el palco de autoridades. En sus propias palabras, "Quiero pedir perdón sin paliativos por algo que ocurrió en el palco cuando en un momento de euforia me agarré esa parte del cuerpo", en referencia al gesto que protagonizó al agarrarse los genitales. Ha expresado sus disculpas a la realeza, incluyendo a la reina y la infanta, así como a la Casa Real en general.
En cuanto al beso en la boca que le dio a la jugadora Jenni Hermoso durante la ceremonia de entrega de medallas, Rubiales ha tratado de restar importancia al evento, describiéndolo como "el pico, el beso, más un pico que un beso". Aseguró que el beso no fue movido por deseo ni por una posición de dominio, sino que fue "un beso espontáneo, mutuo, eufórico y consentido", según sus propias palabras. Según su versión, preguntó a Hermoso si podían darse un "piquito", a lo que ella habría accedido.
El presidente de la RFEF ha rechazado las acusaciones en su contra y ha calificado la situación como una "cacería", alegando ser víctima de un "asesinato social". Agradeció a quienes lo han apoyado en este momento complicado y declaró su determinación de luchar hasta el final. A pesar de las expectativas de que presentaría su renuncia durante una asamblea extraordinaria, Rubiales dejó claro que no tiene intenciones de dimitir de su cargo.
La situación ha desatado un debate intenso en España, generando reacciones variadas entre políticos, figuras deportivas y la opinión pública en general. Mientras algunos defienden su versión de los acontecimientos, otros consideran que su comportamiento es inaceptable y demandan una respuesta contundente por parte de la RFEF y las autoridades correspondientes.