A sus 89 años, el ex presidente uruguayo José Mujica ha estado reflexionando sobre la muerte, acercándose a ella con sinceridad. En una reciente entrevista con el diario uruguayo El Observador, compartió: “Yo ya me estoy por morir”. Esta afirmación resuena profundamente, especialmente tras las complicaciones de salud que ha enfrentado en las últimas semanas debido a un cáncer de esófago. A raíz de este diagnóstico, Mujica se alimenta a través de una sonda gástrica, tras haber recibido 32 sesiones de radioterapia.

Durante su convalecencia, Mujica ha mantenido un perfil bajo, pero su regreso a la esfera pública ha estado marcado por sus críticas al régimen venezolano. Al ser cuestionado sobre el apoyo del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN) a Nicolás Maduro tras las elecciones del 28 de julio, el ex presidente expresó: “No tengo idea qué es” ese movimiento actualmente, señalando que “Nicaragua y Venezuela son indefendibles como están hoy”. Mujica cuestionó la postura de estos países, argumentando que juegan a la democracia sin asumir su realidad.

Al ser consultado sobre el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, Mujica destacó que Lula busca resultados ante una frontera venezolana que, según él, “no controla ni la OTAN”. A pesar de su confianza en Lula, advirtió que Maduro no le prestará atención.

Mujica también comentó sobre su planeada reunión con el Papa Francisco, que se vio frustrada por sus problemas de salud. No obstante, ambos mantuvieron un diálogo telefónico. Mujica expresó su respeto por el Papa, describiendo la Iglesia Católica como “mucho más inteligente” que la izquierda, y elogió la capacidad de la Iglesia para transmitir su mensaje con belleza y simbolismo.

Finalmente, Mujica compartió su deseo de ser recordado como un “viejo que valoraba la vida”. Reflexionó sobre la verdadera libertad, sugiriendo que la cultura contemporánea puede crear necesidades infinitas que atrapan a las personas en un ciclo de pagos y obligaciones, haciéndoles creer que son libres.