Dirigentes cercanos a Axel Kicillof, clave en su armado político, anticipan una competencia electoral con "dos espacios" en 2025. Jorge Ferraresi, intendente de Avellaneda, ha insinuado que será casi imposible una alianza con el kirchnerismo, en particular con La Cámpora. Esta percepción parece estar extendiéndose entre otros referentes políticos.

Aunque públicamente se sostiene el lema "es con todos adentro", en los hechos, la convivencia interna se vuelve cada vez más difícil. Desde el kirchnerismo, algunos ironizan que en 2025 Cristina Fernández y Máximo Kirchner solo dejarían a Kicillof un lugar en la lista de diputados nacionales, sin presencia en las boletas seccionales, lo que refuerza la idea de una fragmentación dentro de Unión por la Patria.

Los espacios que apoyan a Kicillof ven más viable enfocarse en conquistar la Legislatura bonaerense y concentrarse en las ocho secciones electorales. Esta estrategia empuja a los intendentes a tomar partido, alejándose del "confort" de estar en un solo frente.

Al mismo tiempo, mientras algunos dudan del interés real de Cristina en liderar el Partido Justicialista Nacional, Ricardo Quintela, gobernador de La Rioja, emerge como un candidato decidido a recorrer el país con miras a esa presidencia.

En medio de este escenario, Kicillof se posiciona como una figura independiente, a pesar de las tensiones dentro del oficialismo. Los seguidores del mandatario bonaerense destacan que la unidad debería surgir de la negociación, y no de la imposición, criticando la forma en que se toman las decisiones en el espacio kirchnerista.

Con el "operativo clamor" camporista en marcha para que Cristina Fernández presida el PJ nacional, la interna peronista sigue al rojo vivo. Quintela, por su parte, avanza en su campaña de cara al cierre de listas.

El gobierno de Kicillof, por otro lado, mantiene una postura de cautela frente a las candidaturas, aunque el silencio podría estar diciendo más de lo que aparenta.